Capitulo III

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Capítulo 3

Todo estaba calculado, le hice una llamada a Miranda diciendo que lo iba a ver, y que sí mi madre llama ella dirá que estoy con ella.

Llegue a la casa de Nate, era grande, lujosa pues por afuera lo era, cuando iba a tocar el timbre siento que abren la puerta, y es él, tenía unos vaqueros, camisa tipo polo, y tenía los pies desnudos, tenía medio abajo los vaqueros de una manera tan sexy que no dejaba de mirarlo. Me miró fijamente y no despegaba su mirada de mi, mierda! Comenzó a intimidarte de nuevo Jane, dijo mi subconsciente, yo también lo miraba quería que mí mirada lo intimidara también a él, pero me concentré en la manera que caían las gotas de agua de su cabello, hasta que sonrió.

-Pasaras o te quedarás todo el día mirándome?- en un tono tan burlón que hizo ruborizarme.

-Haha lo mismo te digo- y entré sin pedir permiso.

-Estas sólo?- pregunté inquieta mirando a todos lados, admirando lo grande que era su casa Dios!.

-Si, por qué?- preguntó como un tono algo seductor, trate de disimular mi sonrisa nerviosa, y dije:

-Curiosidad, sólo eso- volvió a sonreír y me puse aún más nerviosa- qué es lo que te causa tanta risa?- use un tono no muy agradable, suelo ser grosera, volvió a sonreír se acercó lento y me dijo al oído:

-La manera en la no encuentras que hacer, y tratas de disimularlo, te pongo nerviosa Jane, no lo puedes negar- su respiración estaba tan cerca de mí cuello que al instante me aparté, volvió a reír.

-Ah si? Y por qué tan seguro? Pruébame que me pones nerviosa- lo dije un poco retador y con un toqué seductor, me miró fijamente, mostraba deseo en su mirada oscura, brillaban tanto que no podía quitar la vista de él.

-De verdad quieres que te diga?- exclamo sorprendido.

-Sí, porque estas equivocado- río tan fuerte que me molesté y caminé hacia la puerta, me agarró tan fuerte por el brazo que quede tirada en ellos, nos miramos por diez segundos hasta que me quité con un empujón, iba dispuesta a salir hasta que dijo:

-Ya Jane, cálmate, no quiero que te vayas aún- lo dijo de una manera tan dulce que me calmé.

-Está bien Nate, me quedaré- ya más calmada pero aún sentía algo de adrenalina.

-De verdad te demostraré por qué te pones nerviosa- quede perpleja y no dije nada, nos sentamos en un sillón de su sala, me quedó mirando, yo no encontraba hacia donde moverme, no quería que notara lo nerviosa y asustada que estaba, no sabía que pasaría. Empezó a preguntar como estaba, si mi madre sabía que estaba con él.

-Estoy bien gracias, no, dije que estaría con Miranda- respondí tranquila, se quedó callado cuando se me salió preguntarle:

-Y que querías decirme?- él me miró algo incómodo y demoró en responder, insistí con mi mirada y el me entendió.

-Te llamé algo alterado porque quería tener tu compañía- su voz sonó algo entrecortada, me ruboricé al instante, pero traté de no demostrar mis nervios.

-Vaya que si eres irritante - dije lo más retador posible y sonreí dejando ver mis hoyuelos.

-Por eso no dejas de mirarme eh?- me tomó las manos, y automáticamente empecé a temblar, mi corazón se aceleró, no sabía hacia dónde mirar, sus ojos eran penetrantes, Jane calma! Grito mi subconsciente.
- Acaso no tienes mejores planes que estar distrayéndome?- no sé por qué lo dije, pero se me escapó, él volvió a sonreír.

-Quería joderte un rato pequeña, ver lo nerviosa que te ponía- soltó con un tono burlón y seductor, reí y me aparté un poco.

-Eres un creído, acaso crees que me gusta en lo más mínimo como me miras? O como las gotas de tu cabello tocan tu hombro..- sonrío mirando hacia abajo, Dios era perfecto.

-Wow chica pero que forma de describirme- sonrió y me puse tensa, volvió a tomar mis manos y no quitaba su mirada de mí, hizo que me levantara y dijo:

-Cerrare tus ojos déjate llevar, quiero mostrarte algo especial- desconcertada pregunte:

-A dónde me llevas?- puso mala cara y dijo:

-Déjate sorprender por primera vez Jane, no seas tan inquieta- le hice caso, me rodeó los ojos con sus manos suaves, tenían un olor increíble,no podía voltear, me quedé inmóvil y el reía, era un acosador! Con sus manos empezó a subir por mis brazos, llego a mi cuello y trató de hacerme cosquillas, pero me aparté, el sonrió de nuevo y siguió, yo seguida de espaldas -enserio no te voltearás ah? Eso me gusta Jane- dijo lo más seductor posible me agarro de la cintura y me respiro justo en el cuello – sabes, se que esto te pone nerviosa- dijo risueño.

-Por qué?- dije cortante.

-Note como te retorcías mientras bailábamos, se lo mucho que te controle y es justo lo que pasa ahora- no supe que decir y el sólo seguía con su papel de seductor, apartó mi cabello del cuello y dio un suave beso, me retorcí incómoda y dije:

-Ya basta! No más Nate- pero seguía de espaldas, no era capaz de mirarlo, él no se detuvo, siguió con su objetivo, controlarme.. Me dijo al oído:

-Cuando te toque tus labios no querrás apartarte Jane- rechine mis dientes y no le preste atención, yo seguí admirando los cigarros y el paisaje que en frente se encontraba, se colocó enfrente mío, yo seguí inmóvil, alzó mi cara y dijo -estarás todo el tiempo indiferente?- dijo un poco molesto.

-Sólo quiero demostrar que no me afectas en absoluto- soltó una risa fuerte y al terminar fue tan rápido que me agarro por la cintura, me puso a un centímetro de sus labios y dijo:

-Ahora, crees que aún eres capaz de resistir?- veía su maldad en los ojos, sentía deseo de besarlo, de morderle sus hermosos labios, control Jane! Dije en mi mente, me quede callada.

-Lo tomaré como un no- y me apretó más fuerte, fue salvaje, me besó con tanta fuerza que mi corazón quería salir, era tanta adrenalina junta, me cargo y me acostó en una silla, besaba mis mejillas y dejaba pequeños besos en mi cuello, acarició suavemente mis labios, y los mordió con delicadeza, sus manos presionaban mi cara, y yo estaba ahí sin poder hacer nada, me deje llevar, y fue lo mejor, me sentía viva, duramos casi cinco minutos besándonos hasta que lo aparté y dije:

-No más- y corrí hacia la puerta, el salió detrás y me abrazó de nuevo.

-En serio quieres esto?- me daba pequeños besos y yo sólo cerré mis ojos- sonrió con la maldad en su mirada, tan seductor.

-No, no quiero parar- y esta vez yo lo bese a él, acaricié cada comisura de sus labios, sentí la presión en mi espalda, todo fue perfecto.. Todo iba tomando un rumbo desconocido.

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