Capítulo 8

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Camino arrastrando los pies por una montaña, tratando de no perder el equilibrio. No tengo ni idea de cuánto tiempo he estado persiguiendo al maldito cuervo, pero con cada paso siento un dolor atroz en cada uno de mis músculos.

Espero que lo que estoy haciendo sirva para algo, que el animal me esté guiando hasta Itachi. Al fin y al cabo, vengo de un lugar repleto de muertos revividos, tal vez él también haya sido revivido. O tal vez todo esto no sea más que una pérdida de tiempo, el delirio de una mujer desesperada por volver a ver, aunque sea una última vez, a la única persona a la que ha amado más que a nada en el mundo.

En mi mente todavía resuenan las acusaciones de Sasuke, otro de mis fracasos. Se suponía que yo iba a cuidarlo, que iba a procurar que no se desviase de su camino, pero lo único que había logrado había sido que él también me abandonara.

Continúo mi camino, sumida en mis oscuros pensamientos, sin perder de vista la oscura sombra que es el cuervo.

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—Kyōka. —La suave voz de Itachi me llamó, tratando de aparentar calma en ella a pesar de la tensión que podía notar en él.

Aquel era un día como pocos: después de muchas semanas por fin los dos habíamos conseguido un día libre en común y habíamos decidido pasarlo juntos.

Estaba tirada en la hierba, apoyando mi cabeza sobre las piernas de Itachi, que estaba sentado bajo la sombra de uno de los muchos árboles que adornaban el paisaje de Konoha, con la espalda pegada al tronco del mismo.

Había estado disfrutando hasta ese momento de las caricias que él me regalaba, mientras se dedicaba a recorrer con sus manos cada rincón de mi cara. Mirando en retrospectiva, tal vez aquel día hubiese estado tratando de grabar en sus yemas el tacto de mi piel, la forma de mis facciones.

Yo no lo sabía todavía, pero aquel sería el último día que nos vieramos, la última vez que podríamos estar juntos, de esa forma.

Itachi quería que al menos yo supiese la verdad. Necesitaba que al menos yo no lo odiase por lo que iba a hacer, saber que al menos una sola persona en aquel mundo no querría verlo muerto, a pesar de la atrocidad que iba a cometer.

Abrí los ojos para clavarlos en los suyos y esperé a que continuase. Por un momento pude distinguir la duda en su mirada: desde luego que él sabía que lo que estaba por decir nos rompería el corazón, a ambos, pero finalmente suspiró y comenzó a hablar.

—Te quiero —dijo en un susurro, ordenando los mechones que componían mi flequillo. Sonreí antes de devolverle las palabras, poniéndome de lado para poder abrazarlo y esconder así el rojo que, sabía, había teñido mis mejillas—. No me odies. Me da igual si el resto del mundo lo hace, pero tú no me odies, por favor. —Y entonces, bajo una expresión llena de amargura, comenzó a explicarme la misión que se le había encomendado.

Al principio no entendía qué me estaba diciendo, por qué me había pedido de repente que no lo odiase, pero cuando las palabras de Itachi cobraron sentido, cuando por fin pude comprender lo que me estaba contando, lloré.

Me separé de él y a gritos le dije que no tenía que hacerlo, que lo que le habían pedido era inhumano, que nadie sería capaz de llevar una carga así, que eran su familia.

Primero, le grité que no escogiera ese camino, que una villa que le pedía a un niño que acabase con sus seres queridos no merecía la salvación de nadie.

Después, le rogué entre lágrimas que me permitiese hacerlo por él, que no me importaba convertirme en una renegada si con ello él podía quedarse junto a su hermano, pero ninguna de las palabras que salieron de mis labios lograron convencerlo.

Unas noches después, Itachi masacró a todo su clan, dejando vivo únicamente a Sasuke, el pequeño niño que no volvería a ser jamás el mismo, y se fue.

Cuando la noticia de lo que había sucedido con los Uchihas se extendió por la aldea, me dirigí directamente al hospital, donde me encontré con Sasuke.

El recuerdo de su llanto, de sus brazos rodeando mi cuerpo mientras me suplicaba que le dijese que todo aquello era una mentira, que su hermano jamás sería capaz de hacer algo así, todavía es capaz de estremecer mi corazón.

Sentimientos Ocultos [Naruto Shippuden] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora