Capítulo 10

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Solo unos pasos me separan de la recámara de la cueva de la que hacía unos instantes provenían las voces.

Avanzo con la mente pensando en mil y ninguna cosas, temerosa y emocionada a partes iguales. Lo curioso es que todos esos sentimientos los provoca una misma persona.

En cada paso que doy soy consciente de que en estas circunstancias es muy probable que la otra voz, la que no es de Sasuke, sea la de Itachi, y esa certeza hace que cada parte de mi cuerpo se estremezca, aunque no tengo claro si de ira o de alivio. 

Un último paso y ya está hecho. Frente a mí están, observando con impaciencia la entrada a la recámara, dos hombres, dos Uchihas, dos desertores de Konoha… Dos personas que me abandonaron por sus convicciones: uno por paz y otro por venganza.

—Kyōka. 

Su voz, tan desconocida, tan diferente a como la recuerdo, pero la misma sonrisa amable al pronunciar mi nombre.

Las lágrimas acuden a mis ojos. Intento evitar que se derramen, no quiero parecer más patética de lo que me siento, de lo que soy.

Me olvido de las fuertes garras del cuervo sobre mi hombro, de la mirada de Sasuke y ni siquiera reparo en que hay otra figura en la cueva. Sólo puedo ver esos bonitos ojos con los que he soñado una y mil veces.

Ha crecido, es más alto y sus facciones son más masculinas. Ya no es un niño, pero he visto su imagen tantas veces en mi libro Bingo que no me sorprende su apariencia, a pesar de las marcas en su cara y sus ojos de escleróticas negras que dan a entender que está bajo el Edo Tensei.

Y me quiero lanzar a sus brazos y besarlo y acariciarlo y llorar en su pecho hasta quedarme sin lágrimas, pero algo más fuerte que mi voluntad me mantiene anclada al suelo. 

Entonces exploto, y todos los sentimientos que he mantenido ocultos en mi interior durante ocho largos años salen sin mi permiso.

Sentimientos Ocultos [Naruto Shippuden] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora