Capítulo 7

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He estado sola desde que tengo memoria. 

Mi primer recuerdo es de cuando tenía unos cinco años, aunque nunca he sabido a ciencia cierta mi verdadera edad. 

Me desperté en medio de las calles de Konoha, completamente sola, y todo lo que alcanzaba a ver estaba destrozado.

Al principio no sabía nada, ni quién era, ni dónde estaba ni por qué me hallaba tirada en medio de la calle. Más tarde, solo una de aquellas incógnitas fue resuelta: estaba en la villa oculta de la hoja y habían sufrido el ataque de la bestia de nueve colas, el Kyūbi, nada más.

Alguien me encontró y me llevó con unos médicos para que revisaran todos aquellos cortes que adornaban mi piel. Al parecer, todo en mí estaba en perfecto estado, menos mi memoria.

Durante los siguientes días, en los que las personas de la aldea se dedicaron a reconstruir todo aquello que había sido destruido y a recuperar los cuerpos de los fallecidos para poder llorarlos, nadie vino a reclamarme. Me había quedado completamente sola en el mundo, sin saber siquiera mi propio nombre.

Hay dos teorías acerca de esto: la primera, que tanto mis padres como sus conocidos hubiesen fallecido durante el ataque y, la segunda, que desde el principio no perteneciese a Konoha. Tal vez mis padres fuesen mercaderes que estaban de paso, o clientes que precisaban de los servicios de los shinobis para algo.

Se me permitió escoger un nombre, Kyōka, y se me proporcionó un lugar en el que vivir, a cambio, debía ofrecer mi vida y convertirme en ninja, por el bien de la aldea.

A pesar de todo, nunca me había considerado desdichada. Estaba sola, sí, pero no conocía lo que era tener unos padres, que alguien me estuviese esperando al llegar a casa y, si era lo suficientemente fuerte, podría ser libre, tomar mis propias decisiones, recorrer el mundo fuera de esas murallas y conocer todo aquello que me era desconocido.

Por eso, cuando comencé a frecuentar la casa de la familia de Itachi, cuando Mikoto me recibía amorosamente, con una de sus bonitas sonrisas adornando su rostro, comencé a descubrir un universo que se me había arrebatado sin que me diese cuenta.

Los años más felices de mi vida, desde que tengo uso de razón, se dieron en la calidez de un hogar que no era el mío, pero que me acogió con la dulzura más extrema. 

Es curioso cómo las mismas personas que te ofrecen todo con tanta amabilidad, sin pedir nada a cambio, pueden acabar arrebatándote hasta lo que no tienen derecho de tomar, incluso si esa no es su intención.

Sentimientos Ocultos [Naruto Shippuden] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora