Capítulo 14

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La verdad es que apesta, toda esta situación.

Me encantaría irme de aquí, alejarme de esta estúpida guerra que no tiene nada que ver conmigo, tirarme en algún sitio y dormir por lo que me resta de vida.

Sin embargo, vuelvo. Mis piernas se mueven pesadamente, probablemente hacia mi muerte, aunque mi mente ya está lo bastante hecha mierda.

Mis lágrimas vuelven a caer tras abandonar la cueva, recordando la última despedida de Itachi. Y siguen cayendo cuando, horas después, piso de nuevo el campo de batalla.

Durante mi viaje de vuelta me he guiado por sensaciones y me he dirigido directamente hacia el lugar donde percibía la mayor cantidad de chakra concentrado, para encontrarme con un paisaje destrozado, en el que la vegetación brilla por su ausencia y en su lugar miles de cadáveres adornan el suelo. En el que una criatura enorme y sacada de una pesadilla se alza imponente, rodeada de tantos shinobis que es imposible contarlos.

Cada uno de ellos pelea con ahínco para proteger lo que es importante para ellos, por sobrevivir a toda costa mientras yo me acerco con toda la rapidez que me permiten mis cansadas extremidades.

Hay cientos de criaturas extrañas y similares a lo que asumo que es el Jūbi, la bestia de diez colas, pero notablemente más pequeñas.

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Todo es una mierda. No siento las piernas. No siento los brazos. Y en medio del campo de batalla un árbol enorme comienza a atrapar a las personas más cercanas a él.

Tal vez debería huir, o al menos intentarlo, pero hace tanto que he sobrepasado el límite de mi resistencia física que mi cuerpo se niega a responder.

Ni siquiera con la aparición de los antiguos Hokages, que en algún momento habían aparecido, al igual que Sasuke, habíamos conseguido resultados positivos para nuestro bando, únicamente muerte.

Siento como algo se enreda en mi cuerpo y me alza en el aire. No hace falta que mire para saber que es una de las raíces del gran árbol. Por un momento mi corazón se acelera, expectante.

Es posible que sea el final de mi patética y triste vida, pero estoy tranquila, no tengo miedo, la paz inunda mi ser mientras la raíz del árbol me envuelve por completo. Una sonrisa de resignación se dibuja en mis labios y la katana con la que había estado peleando resuena contra el suelo cuando por fin la suelto, entonces, abrazando un sentimiento de aceptación, siento como mi mundo se vuelve negro.

Sentimientos Ocultos [Naruto Shippuden] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora