Capítulo #17

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Cuando terminamos el partido fui a ver a Megan. Le conté que me había reconciliado con Brandon pero no le di detalles y me marché rápido.

Llegué a casa y me dediqué a descargar música en todo tipo de idioma que no entendiera. Encendí el equipo de música y le subí el volumen al máximo.

Ya era de noche, por lo que mi madre estaba en casa. Me tocó fuertemente la puerta para que escuchara. Me ordenó bajarle el volumen y lamentablemente tuve que obedecer.

En serio, quería pensar que todo estaba bien y que en realidad no había perdido mucho, pero no podía evitar recordar el momento en el que Loraine se me declaró y mucho menos podía evitar sentirme mal.

Se que tenía que hablar con ella. Pero no estaba preparado.

Me pasé la siguiente semana sin siquiera ver a Megan. Me pasaba todo el tiempo con Brandon y los chicos.

Recibí varias llamadas de Megan pero cada vez que tenía la oportunidad de hablar con ella, le decía que estaba intentando resolver las cosas.

Pero si soy sincero, no sentía que se hubiera resuelto nada.

Brandon andaba tan campana. Como si no hubiera pasado nada. Mientras yo me sentía, más que incómodo, fuera de lugar.

Pensé que el no hablar con Loraine era lo que me estaba frenando a la hora de desenvolverme y llevarme con él tan bien como antes. Así que decidí llenarme de valor e ir a su casa.

Caminaba despacio. Sabía que debía hacerlo pero en el fondo no quería.

Toqué el timbre y su padre me abrió la puerta. Me recibió con los brazos abiertos. Me pude fijar que había adelgazado bastante, al parecer le estaba poniendo empeño a la dieta y los ejercicios.

Me dijo que pasara, me preguntó si quería algo de tomar pero yo me negué y le dije que había venido a hablar un segundo con su hija y me respondió que estaba en su habitación.

Otra cosa que me llamó la atención es que antes la casa estaba decorada de una forma sencilla y ahora estaba llena de cuadros con fotos de la familia, de Lucía, de las hermanas juntas; incluso había una en la que estaban junto a una mujer mayor, la que al parecer era su madre.

Toqué la puerta de su habitación y luego de unos segundos me abrió.

Tan linda, tan natural, tan perfecta.

Solo quería darle un abrazo pedirle que nos fuéramos lejos, muy lejos. Pero sabía a la perfección que no estaba en una película. Lo más lejos que podíamos ir era a la playa y tarde o temprano tendríamos que volver.

En fin. Soy estúpido. Sabiendo que tengo que alejarme de ella, me pongo a imaginar que nos fugamos juntos...

Me observó sorprendida, me invitó a pasar y ambos nos sentamos en la orilla de la cama.

- ¿Qué pasa? - preguntó emocionada.

Yo estaba serio, las palabras no me querían salir. Ni siquiera sabía por dónde empezar.

- Arreglé las cosas con Brandon... - musite pero ella alcanzó a escucharme. Y ¿cómo no? Con la atención que me estaba prestando.

- En serio. ¡Que bueno! - respondió con una sonrisa dulce.

- Pero...

No puedo. ¡No puedo, no puedo!

- ¿Pero? - preguntó con un semblante triste.

- No quiere que estemos juntos...

- Y tú, ¿qué piensas de eso? - dijo al instante.

- quedé cabizbajo por unos segundo y luego la miré de reojo. - No quiero perder a mi mejor amigo...

Desde el primer segundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora