No me la podía sacar de la mente. Su rostro; su pelo; sus movimientos delicados; y más que nada, su voz. Para Brandon era como una diosa, pero para mí, era un ángel.
No tengo idea de a qué hora me quedé dormido. Solo sé que cuando sonó la alarma no la escuché, lo que indicaba que fue realmente tarde.
Cuando desperté ya era mediodía. Desde la cocina provenía un aroma delicioso el cual me arrastró hasta allí.
Al sentir mis pasos mamá volteó hacia mí y sonrió.
— Ya despertó mi bello durmiente...
— Es idea mía o eso que estás cocinando son lentejas... —dije mientras me sentaba en la mesa.
— Lo es. —afirmó.
— Tú quieres que tu hijo pierda la forma, eso está claro. —bromeé mientras recibía el plato con lentejas que me ofrecía mamá.
— Solo estoy inspirada y sé que con el estómago lleno eres feliz. —sonrió de oreja a oreja.
— ¿Y a qué se debe tanta inspiración? —dije con la boca llena.
— Esos modales.
— Lo siento. —dije de igual forma y ella solo sonrió.
— ¿Tienes planes para hoy? —preguntó.
— Tal vez. ¿Por?
— Por saber. No quiero quedarme preocupada como ayer.
— No te preocupes, si me pasa algo siempre puedo llamarte, para eso tengo celular.
Al terminar de almorzar subí a mi habitación a cambiarme y luego de despedirme de mi madre, salí de casa.
No tenía planes, solo pasaría por el parque por si los chicos estarían allí. Me hubiera gustado pasar el día con Brandon, pero él estaba ocupado esta semana.
Para mi suerte, cuando llegué al parque ahí estaban mis amigos. Me acerqué a saludarlos y comenzamos a hablar.
— ¿Qué dice el Brandon? —preguntó Anthony, el mayor del grupo. Tenía la misma edad que Brandon.
Casi todos somos contemporáneos.
— Le va bastante bien. Tiene un montón de trabajo en estos días e incluso ayer me ganó en un partido.
Todos comenzaron a hacer exclamaciones. Y no era para menos. Yo siempre fui el mejor jugador de todos.
— Estamos perdiendo a nuestro jugador estrella. —se burló Fabián.
— Sería terrible que me perdieran a mí, pero yo no diría lo mismo de tu virginidad... —me burlé yo esta vez y todos comenzamos a reír a carcajadas, menos él, claro.
A este chico, lo habíamos aceptado en el grupo porque es primo de Jarol, otro amigo nuestro. Todos tenemos defectos, pero a Fabián se le salen por los poros: se la pasa opinando y protestando; le gusta burlarse de los demás y no le gusta que le paguen con la misma moneda y como esos tres, muchos más. En cambio su primo es totalmente diferente: es noble, divertido, sincero y para su mala suerte siempre tiene que cargar con su malagradecido primo ya que la madre de Fabián trabaja en el extranjero y lleva años diciendo que llega pronto y nunca llega.
— Éste lo que tiene que hacer es buscarse una novia con urgencia porque al paso que va, da para cura de la iglesia a la que va mi mamá. —dijo Anthony burlón provocando más carcajadas.
— Oye y hablando de novias... ¿por qué no vamos a la playa hoy? Hace buen clima. —propone Jarol.
— ¿Y ahora qué tiene que ver novias con playa? —pregunta Fabián de mala forma.
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Desde el primer segundo
Ficção AdolescenteVíctor Nanclares, un chico sencillo, con buenos valores y con apenas 18 años, vivía sumergido en un completo ocio. Éste, luego del retorno de su mejor amigo conoce a una chica la cual, desde el primer segundo, comienza a cambiar su vida. Toma de de...