15- Sábado, 10 de junio 1939

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Sábado, 10 de junio 1939.

Levi abrió los ojos con lentitud aquella fría mañana y al hacerlo, notó una cálida sensación a su lado que dormía plácidamente ocupando casi gran parte de la cama, pero eso ni siquiera le importó lo suficiente, porque una sonrisa de paz se dibujó en su rostro por primera vez en mucho tiempo. 

Era demasiado nuevo aquel mundo del romance para él, que le pareció una agradable idea quedarse más tiempo bajo la tibieza y la suavidad de las sábanas para disfrutar en silencio de ver a Hanji dormir.

Hanji se movió y aún dormida buscó abrigo entre los brazos de Levi, lo cual se sintió demasiado gratificante y él suspiró absolutamente enamorado, porque eso se sentía demasiado bien para ser real.

Sin embargo, pese a que las últimas horas habían sido por completo maravillosas, Levi estaba pensando en cómo lo haría para salir de esa casa sin ser sorprendido por el resto de compañeras de casa de Hanji.

Ocultos por la oscuridad de la noche, lo que comenzó en el teatro terminó en la misma habitación de Hanji en su casa. Levi no había podido negarse, cegado por el deseo que solo Hanji podía provocar en él y así terminó escabulléndose junto con ella de manera furtiva y en medio de una inesperada euforia por la ciudad nocturna. Era demasiado tarde y pese a eso, no fueron vistos por ningún policía en sus habituales rondas durante la noche. Cuando llegaron a casa, todo estaba a oscuras y Hanji tiró de la mano de Levi para invitarlo a entrar procurando no hacer el más mínimo ruido posible.

Su corazón latía demasiado rápido ante la idea de ser descubiertos, más el detonante de lo sensual que resultaba ser Hanji en ocasiones como esa.

El único problema, al parecer, es que esa misma dinámica se estaba repitiendo casi a diario y en algún momento llegaría el día en que alguien los descubriría. Levi no quería pensar en eso, pero ser un hombre precavido, también era parte de su personalidad.

Esa misma mañana, ambos estaban en la bañera pasando un momento a solas luego de despertar juntos y Levi disfrutó de ser él quien le diera un baño, llenándola de jabón, mimos y besos por todas partes.

Su momento de diversión llegó a su fin cuando alguien abrió la puerta del cuarto de baño y Hanji se paralizó al sentir que nada bueno podría salir de eso si era Petra quién estuviera ahí.

En menos de un segundo, Hanji obligó a Levi a sumergirse por completo para evitar ser descubiertos.

—Lo lamento, olvidé mi peine en el tocador. No te preocupes por mí, puedes continuar—. Dijo Petra caminando en dirección hacia el objeto que buscaba.

Los segundos transcurrían y Petra no tenía demasiada intención de marcharse, por el contrario, ahora comenzaba a organizar algunas cosas personales que tenía en el lugar y Hanji suspiró aliviada cuando al fin ella decidió marcharse.

Levi emergió a la superficie cuando ya simplemente no podía soportarlo más, habían estado demasiado cerca.

—¿Ya se fue? —. Preguntó Levi aún jadeante.

Hanji asintió con la cabeza y besó a Levi en la mejilla.

—Lo lamento, pero debía hacerlo. No confío en Petra—. Replicó Hanji comenzando a moverse para salir de la bañera.

—Espere—. Levi la tomó de la muñeca con suavidad impidiendo que ella se fuera de su lado.

—¿Sucede algo? —. Hanji volcó toda su atención en él.

Cartas para Hans (Levihan/Historia completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora