Dulce ronroneo [◇] YeonGyu.

□ 34.

— ¿Necesitas algo más? —YeonJun dejó la pluma en el escritorio y dobló la lista de compras para meterla en su bolsillo.

En esa ocasión a él le tocaba ir al supermercado a traer la despensa, no era exactamente su tarea favorita y menos si lo hacía solo, pero BeomGyu y él habían decidido hacerlo por separado debido a que cuando iban juntos terminaban comprando dulces o botanas, eso trajo como consecuencia que en los primeros años viviendo juntos terminaran engordando alrededor de seis kilos.

— Creo que es todo.

YeonJun fue a tomar las bolsas para compras, pero en medio del camino repentinamente se acordó de algo.

— Espera, no revisé cuantos supresores nos quedan.

Se dirigió al estante a revisar la caja con medicinas, pero BeomGyu lo sostuvo del brazo, deteniéndolo. YeonJun lo miró confundido, esperando a que le hablara, pero él mantenía su mirada baja lo suficientemente avergonzado como para hablar; inclusive sus mejillas se habían coloreado de un leve color rojizo, YeonJun entonces pensó en sus mejillas como dos suaves pasteles de arroz con fresa.

— No es necesario —BeomGyu le soltó el brazo y empezó a jugar con sus dedos nervioso— estuve pensando que tal vez... ya no los necesitamos.

— ¿Qué quieres decir? —preguntó sin comprender.

Tomó aire y se armó de valor— Hace poco cerraste el contrato con TaeHyun, debido al implemento de accionistas tienes más tiempo libre y yo he logrado conseguir un horario estable en la academia, así que pensé que... quizás podamos dar el siguiente paso.

El alfa se descolocó sin saber que decir, momentáneamente su mente se había quedado en blanco y no pudo hacer otra cosa más que mirar a la pared completamente perdido. BeomGyu se mordió las uñas ansioso al ver su reacción, tal vez fue demasiado brusco al decirle su decisión.

— O también puedo seguir tomando los supresores —agregó, tratando de remediar lo dicho— no hay problema si aún no te sientes preparado.

— No —YeonJun respondió saliendo de su aturdimiento— ya no es necesario.

BeomGyu fue jalado bruscamente hacia el pecho del alfa, encontrándose atrapado en un caluroso abrazo lleno de amor. Enterró su nariz en su cuello y dejo que el aroma a cacao y selva húmeda lo tranquilizaran hasta traerle paz a su cuerpo.

— ¿Qué hago ahora con esta noticia? —YeonJun sonrió en grande y besó repetidamente la mejilla del omega— sinceramente no creo poder concentrarme en el supermercado.

— Pensé que no te agradaría la idea.

— ¿Por qué? —preguntó incrédulo— creo que ambos estamos en el momento correcto para ser padres.

A sus veintiocho años, YeonJun había contemplado la idea de ser padres, sin embargo, se había reservado ese pensamiento para él mismo durante todo este tiempo, BeomGyu apenas tenía veinticuatro, por lo que decidió esperar a que su pareja disfrutara todo lo que quisiera de su juventud antes de verse envuelto en una responsabilidad tan grande como cuidar a un niño, él no quería ser la razón por la que la felicidad y diversión de su omega se vean mermadas.

— ¿Crees que sea muy apresurado pedirte también que nos casemos?

YeonJun carcajeó ante la repentina pregunta, BeomGyu lo miraba con los ojos brillando de emoción, resaltando ese hermoso color zafiro que tenían, beso su sien sintiéndose feliz, definitivamente había encontrado a la mejor pareja.

— Cariño, si fuera por mí ya te habría arrastrado al registro civil, pero tu padre me mataría si no le hiciera a su hijo la boda que merece.

— ¡Es verdad! creo que es mejor no decirle hasta que tengamos todo organizado, no quiero tener que pelearme con él por mi vestuario de boda —comentó consternado.

— No me molestaría que tu padre te escogiera un vestido pomposo —meneó sus cejas.

BeomGyu sonrió levemente y besó la expresión boba del rostro de YeonJun, pero aunque el alfa ya se lo estaba imaginando con un vestido, no usaría nada que lo hiciera sentir incómodo en su fiesta, un traje era más que suficiente.

— ¿La boda será antes o después del bebé? —preguntó acariciando el pecho del mayor.

— No lo sé cariño, mi cabeza solo está pensando en llevarte a la habitación.

— ¿Y qué estás esperando?

BeomGyu soltó un grito agudo cuando fue levantado inesperadamente del suelo. Rio con fuerza mientras era llevado sobre el hombro de su pareja a la habitación, no pudo evitar ronronear, se sentía tan alegre y amado que su corazón latía frenéticamente en su pecho haciéndole doler y en esos momentos sabía que la emoción era mutua.

YeonJun lo dejo en la cama y se posicionó sobre el cálido cuerpo que lo llamaba, le sonrió a su pareja desde lo más profundo de su ser y dejó el sentimiento fluir entre ambos. BeomGyu acercó su boca a él y besó sus labios con una intensa calidez que mareó a su sistema y lo dejo deseando por más. YeonJun correspondió al gesto, siendo aquel beso como un pequeño pacto que prometía silenciosamente un futuro próspero y lleno de amor.