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— Siento que voy a explotar

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— Siento que voy a explotar.

Hueningkai se acomodó entre sus mantas y se acurrucó sobre las prendas de SooBin y él. BeomGyu lo observaba sentado desde una silla en el rincón respetando el espacio donde estaba el nido de su amigo, no quería perturbarlo impregnando su zona de confort con olores ajenos, suficiente agradecido estaba con que Kai lo dejara estar dentro de su habitación.

— Solo unos meses más, pronto estarás sosteniendo a nuestra bebé.

SooBin le dio un casto beso en sus labios y lo colocó sobre su pecho con cuidado de que su estómago quedara cómodo encima de él. Hace poco habían ido a sacar las muestras de sangre para revelar la especie del bebé; resulto ser un ochenta por ciento lobo, siendo este su animal predominante.

SooBin se lo esperaba, ningún bebé ardilla ocupaba tanto espacio como para ensanchar tanto el estómago de un omega, desde que Hueningkai cumplió el sexto mes había estado teniendo problemas en su columna por el peso excesivo, por lo que se pasaba la mayor parte del tiempo recostado en la cama.

— Espero que mi primer hijo sea un gato, no creo estar preparado para tener en la primera vez un tigre blanco.

Ambos amigos rieron, definitivamente era mucho mejor preparar al cuerpo con un bebé que no pese tanto.

— No puedo creer que quieras tener un hijo, hace unos meses pensabas diferente —SooBin comentó mientras acariciaba el hombro de Hueningkai.

— No lo sé, YeonJun y yo tenemos una relación lo suficientemente estable para ser padres.

— Me alegro, yo aún me preguntó cómo haré para no terminar ahorcando a SooBin cuando me saque de quicio.

El alfa se carcajeó, sabía que su pareja lo decía en broma, sus peleas eran tan solo juegos donde ambos terminaban riendo y divirtiéndose. Su futura hija no tendría que preocuparse, crecería en un hogar donde no faltaría cariño y estaba seguro de que YeonJun y BeomGyu cuidarían a su cachorro de igual forma, el confiaba que sus amigos serían unos padres maravillosos.

— ¿Ya fueron al ginecólogo?

— Sí.

— ¿Y qué les dijo?

Se mordió el labio nervioso, la realidad es que la respuesta había sido tan ambigua que solo los dejo con más dudas que con las que entraron al consultorio.

— Dijo que dependía —respondió— al tener gen de felinos y roedores por mi parte; existe una gran posibilidad de que tenga más que un hijo, pero que no sería problema si todos son gatos... pero que, si son tigres, entonces todo se pondría riesgoso.

— ¿Qué dijo YeonJun-hyung?

— No quiere obligarme a nada, dijo que lo que decidiera, me apoyaría.

— ¿Aún hay la posibilidad de solo tener uno, verdad? —asintió ante la pregunta de Hueningkai.

Los tigres blancos de raza pura eran una especie de híbridos muy escasa, el número de crías por embarazo era de uno, siendo dos en casos inusuales. Aunque era alta la probabilidad de que los genes de BeomGyu predominaran, aún existía ese porcentaje que les daría como resultado un cachorro de tigre, claro; siempre y cuando las cosas no se salieran de control y su cuerpo decidiera tener seis tigres. Tragó saliva espantado, ¡qué la diosa lo salve!

— No estés asustado, hyung. Afortunadamente existen las cesáreas, si todo sale bien en tu embarazo no tienes porque preocuparte.

— Lo sé, es solo... hay tantas cosas que pueden suceder, no puedo evitar sentirme intranquilo.

— Ven aquí —Hueningkai abrió los brazos hacia él.

— Iré a alimentar a Sean y a Odi —anunció SooBin, saliendo de la habitación.

BeomGyu dudo en aceptar la invitación, pero no quería que Kai se sintiera rechazado. Se dirigió hacia él y entró al nido, por un momento pensó que su amigo se alteraría, pero por el contrario; lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazo con fuerza. BeomGyu se sintió extrañamente cómodo en aquel nido ajeno, su mente volvió a su infancia donde él y sus hermanos estaban abrazados a su padre mientras les cantaba una canción bajo la protección de aquel seguro espacio.

Cerró los ojos y colocó su mano en la redondeada superficie, notando el movimiento del bebé que se movía inquieto por todo el vientre, BeomGyu sintió una emoción profunda cuando escuchó con claridad el segundo latido en el cuerpo del omega, era tan hermoso que no pudo evitar posicionar su oreja sobre el estómago de su amigo.

— Ya verás, todo saldrá bien y si existe alguna complicación, sabes que nosotros siempre estaremos contigo en todo momento.

BeomGyu reconoció la sinceridad de aquellas palabras y se sintió completamente conmovido. SooBin y Hueningkai se habían vuelto personas tan importantes para él que no podía imaginarse una vida sin ellos ayudándolo.

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Dulce ronroneo [◇] YeonGyu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora