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— ¡Deja! —grita Eren mientras le daba un fuerte empujón a Jean.

— ¡Tu deja eso ahí! ¡Esa es mi cubeta, yo la traje! —Jean le devuelve el grito y le arrebata la cubeta llena de agua a su compañero.

   Esta vez, luego de entrenamiento, no tenían descanso, ahora debían limpiar los establos. Durante toda la tarde, Eren y Jean habían estado discutiendo y los demás, quienes habían sido asignados a limpiar esa parte (Kano,  ____, Connie), no los soportaban.

— ¡Pero ya dejen eso! —les ordena Kano intentando quitarles la cubeta para que ya dejaran de pelear.

   Entre los tres empiezan a forcejear con la cubeta, y el agua empezaba a salpicar agua por todas partes. Connie, quien trata de calmar la situación, pronto se ve envueto en la pelea.

— ¡Idiotas!

— ¡Quédense quietos!

— ¡Ya dejen eso! —les grita ____ yendo a separarlos— ¿¡Acaso no pueden dejar de comportarse como niños?!.

   Los cuatro se dan empujones mientras se gritaban y peleaban, hasta que una de las cubetas se eleva por los aires y derrama todo su líquido en los cinco soldados, luego ocurre lo mismo con la cubeta de Kano. Todos estaban completamente empapados en agua.

    El lugar ya estaba limpio pero ahora estaba lleno de agua.

— ¡Miren lo que hicieron! —se queja Kano.

— ¡Fue tu culpa Kano! —grita Connie.

— Ustedes no tienen remedio —dice Jean.

— ¡Te recuerdo que tú empezaste, cara de caballo!.

    ____ empieza a ponerse nerviosa, el agua había caído sobre su camisa blanca y su sostén era cada vez más visible. Se cruza de brazos, de modo que nadie más pudiera notarlo.

— Ya han echo mucho desastre por hoy ¿no? —ella bufa— Vayan adentro, secaré lo que hicieron. Luego los alcanzo.

— ¿Segura? Puedo quedarme a ayudar si quieres —se ofrece Kano.

— Así está bien Kano, puedo sola. Y si ustedes se quedan se que seguirán haciendo mierdas, mejor vayanse.

    Los chicos toman las cubetas y todo lo que habían utilizado para limpiar antes de marcharse.

— Que lastima que ____ tenga que quedarse a limpiar por culpa de Eren —dice Jean.

— ¡Oye!.

— ¡Pero ya dejen de pelear!.

   Cuando estaban lo suficientemente lejos, ____ puede relajar sus brazos y dejar de ocultar sus pechos. Larga un suspiro que reflejaba su cansancio. Se mete a uno de los establos vacíos que acababan de limpiar y una vez que se encierra ahí y se va a una de las esquinas, desabotona su camisa con el fin de exprimir todo el agua.

   Mientras tanto, en la puerta principal del cuartel, Erwin había salido para despejar su mente luego de una mañana muy atareada. A lo lejos, ve como un grupo de soldados caminaba a dónde el estaba, y de inmediato sabe de quienes se tratan. Connie Springer, Jean Kirstein, Eren Jeager y Kano Rai. Solo eran cuatro, pero sabía que el capitán Rivaille los había mandando en grupos de cinco.

— Soldados —el comandante se para frente a ellos y todos ponen su mano en el pecho.

— Comandante —dicen al unisono.

— ¿Y su quinto miembro? ¿Por qué solo hay cuatro? —pregunta Erwin.

— Se quedó terminando de arreglar unas cosas comandante, dijo que se encargaría ella sola —dice Eren.

— ¿Cuál es su nombre?.

— ____ Yagami.

— Pueden irse muchachos. Gracias..
   
   Erwin mira hacia los establos en lo que los muchachos se retiraban de ahí  y entonces piensa en ir y aprovechar ese rato libre para hablar un poco con _____. No había nada que adorara más que sus conversaciones. Camina a paso lento, poniéndose nervioso en el camino pues se trataba de ella, jamás querría equivocarse en sus palabras o decir algo malo. Sentía la necesidad de cuidarla y apreciarla mucho.

   Cuando llega a los establos, la ve de espaldas y distraída, tenía un trapeador y secaba un enorme charco de agua. Ella se voltea, con la mirada clavada en el suelo y sin prestar atención.

   Algo llama la atención de Erwin. Era... Era la camisa de la muchacha que tenía una enorme transparencia en el pecho. No podía evitarlo, no podía dejar de mirar aunque sabía que estaba mal. Apreció cada parte de su cuerpo y se sintió caer, caer ante su belleza...

  ¿Pero que haces? Deja de mirarla se pregunta a sí mismo en su mente.

   Carraspea su garganta y finge no haber visto nada, solo mira alrededor de todo el establo.

— Q-Quedó muy limpio —dice Erwin, llamando su atención— El capitán Rivaille estará orgulloso.

— ¿Si verdad? —dice ___ sonriendo sonrojada, deja de lado el trapeador y pone sus brazos alrededor de su pecho.

— Quería decirte qué... si querías ir conmigo mañana a la ciudad —Erwin rasca su nuca nervioso.

— Por supuesto ¿debe hacer algo para el cuartel?.

— No ____, quería invitarte a cenar, tu y yo solos —sonrie un poco.

    El corazón de la chica empieza a palpitar rápidamente y una sonrisa muy grande aparece en su rostro.

— Me encantaría —lo mira y Erwin le devuelve la sonrisa.

— ¿Tienes frío?.

    Ella se sonroja, después de todo, era evidente que tenía la ropa empapada por culpa de sus amigos idiotas. Erwin se acerca y se quita la capa y la pone sobre sus hombros y la abrocha con cuidado, quedando muy cerca.

— Dentro de poco tendrás tu propia capa —dice, y pone su mano en el cabello de _____.

— S-Si —deja de mirarlo, tímida.

   Erwin se percata que quizá aquello la había incomodado, por lo que retira su mano lentamente pero ____ lo detiene, junta sus manos y la vuelve a dejar dónde estaba.

— Tranquilo, yo... yo me siento cómoda a su lado —susurra bajando la mirada, y ríe.

— Perfecto —Erwin sonríe también.

    El día transcurre normalmente, ____ y Erwin no tienen ninguna conversación luego de haberse visto en los establos pues ambos estaban muy ocupados. Ya eran las doce de la noche y Erwin podía ir a dormir temprano por primera vez en mucho tiempo, por esa vez, no tenía más ocupaciones dentro de la oficina.

    El rubio cierra la puerta con llave y se lanza en su cama, sin quitarse la ropa aún. De repente, aquellos pensamientos vuelven a el, la imagen de _____ en los establos regresa a su mente y aunque lo intentaba no podía borrarlo, no podía pensar en nada más. En cuanto menos lo espera, mientras más imaginaba, más grande se hacía su erección.

— Maldición... —susurra y baja la mirada a su miembro erecto que aún estaba bajo su pantalón.

    No podía aguantarlo mucho más, pensar en ella y en todo lo que quería hacerle solo lograba que su deseo aumentara. Revive el momento en el qué la vio, como se veían sus pechos con su sostén, como se movía ligeramente por el movimiento de sus hombros...

    Baja el cierre de su pantalón y baja su ropa interior. Toma su miembro y empieza a masturbarse lentamente, imaginando que su mano era la de ____. ¿Se sentía raro al hacerlo pensando en ella? Claro, pero no podía negar su deseo.






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Stay With Me - Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora