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Con tan solo 16 años, _____ Yagami fue echada de su casa por el simple hecho de tener curiosidad por el mundo exterior. Tan solo una persona la ayudó a cumplir su sueño y fue quien la llevó a conocer a Erwin Smith.
Erwin despierta por un molesto rayo de sol que se colaba por la ventana, éste le daba justo en el rostro. Abre los ojos poco a poco de mala gana, deseaba dormir aunque sea un poco más pero su día tan atareado empezaba. El reloj que estaba colgado en su muro daban las 6 de la mañana.
Anoche la había pasado tan bien y se sentía mucho mejor observar a su amada durmiendo a su lado. Se encontraba desnuda aún, con las sábanas cubriendo casi todo su cuerpo a excepción de sus pechos. Se veía tan tranquila durmiendo, tan hermosa y delicada. Sabía que esa imagen era la única que quería apreciar cada mañana al despertar, la amaba muchísimo.
Erwin se levanta de su cama y empieza a vestirse con el típico uniforme de siempre mientras que dejaba que su novia siguiera durmiendo plácidamente.
| Despierto con pesadez. Me costaba abrir los ojos, pero sentía un poco de ruido y movimiento. No estoy en mi cuarto y entonces... Me acordé de lo que sucedió anoche. En como me entregué a mi comandante qué, bueno, también es mi novio de todas formas|
El estaba de espaldas, mientras veía unos papeles que tenía sobre un mueble en su cuarto.
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— Pero que bonito trasero tiene comandante.
El rubio se sobresalta al oir su voz tan repentinamente aparte de sentir su mano tocar su trasero.
— ¡_-____! —exclama Erwin mientras volteaba con rapidez, muy sonrojado.
— Lo siento, no me resistí a esa preciosura —dice ____ riendo mientras se encogía de hombros y se cubría más con las sábanas al ver sus pechos expuestos.
— Eres un caso —Erwin se sienta en la cama y besa su frente— ¿Cómo dormiste cariño?.
— Bien, demasiado bien a decir verdad. Me siento muy cómoda en tus brazos —responde, acomodándose en la almohada— Pero... Me duelen un poco mis caderas.
— Bueno, es mi culpa —rie apenado— Aún te quedan dos horas para seguir descansando ¿por qué mejor no duermes?.
— ¿Y tú? ¿ya me dejaras sola? no creí que fueras de esos Erwin Smith.
— N-No, yo no-
— Relájate, estaba bromeando —suelta una risa al ver a Erwin tan nervioso— Cuídate mucho ¿si? Te voy a extrañar —se levanta un poco para besarlo en los labios.
— Te quiero —el toma su rostro y la besa— Intentaré verte en la tarde ¿si?.
— Claro.
Erwin se encarga de arroparla antes de irse. Tenía la necesidad de cuidarla y tratarla como si fuese lo más frágil del mundo.
(...)
— Que aburrido es esto —dice ____ mientras veía a Reiner y Bertholdt jugando ajedrez.
