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   ______ aún no sabía cómo era su estado y apenas regresaron enviaron a todos sus heridos a ser atendidos. Ahora estaba en una camilla, con el ojo totalmente vendado. Lo único que sabía era que había perdido el ojo, estaba tan lastimado que no pudieron hacer nada.

— ¿Te duele algo? —le pregunta Floch, quien se mantenía a su lado.

— El ojo y... todo lo que se llama cuerpo —responde largando un suspiro.

   Hange entra al pequeño cuarto junto con otra mujer, una enfermera. La nueva comandante también acababa de ser atendida por la misma razón qué ______, lo único que las diferenciaba era que la más joven tenía gran parte de su cuerpo vendado.

   Durante aquel día que estuvo siendo atendida, apenas y podía levantarse para cualquier cosa, casi no hablaba ni comía. Aún seguía pensando en Erwin. En todo lo que pensaba era en el.

(...)

Estira su brazo hacia el lado de la cama vacío, tocando suavemente las sábanas, pensando en lo difícil que fue acostumbrarse a la ausencia de Erwin. Todos los días pensaba en que tan diferente serían las cosas si el siguiera a su lado. Sobre todo pensaba en sus sentimientos. Jamás se había sentido así de perdida hasta hace unos días.

   Ya nada le causaba mucha alegría. Lo único que hacía en todo el día era pensar en él y llorar.

   Ya pasaron más de diez minutos desde que daba vueltas y vueltas en la cama cuando se suponía que ya era hora de levantarse. La reina está en Trost y debían ir a la audiencia, así que debe ponerse un poco presentable.

   Se mira al espejo y acomoda un poco su cabello, de modo que un mechón cubre su ojo, el que había perdido la visión producto del impacto de una roca sobre este. Hange dijo que ahora eran parecidas, pues ella se lastimó el mismo ojo pero a diferencia de ____, ella lo perdió.  Tiene aún uno que otro rasguño en el rostro.

   Se viste con el saco largo y verde que tiene el escudo de la Legión y se asegura de que nada tenga arrugas. Quiere verse lo más presentable posible.

 
— Oye _____, ¿ya vas a estar lista? Debemos irnos —habla Floch desde el otro lado de la puerta.

   En respuesta, la chica abre la puerta y sale.

— Hola Floch —lo saluda, con una voz desanimada.

— ¿Por qué te pones el cabello en el rostro?.

   El chico aparta el mechón de cabello del rostro de ____, quien intentó apartarlo, pues no quería que su ojo se llevara toda la atención. Con cuidado, acomoda el cabello detrás de su oreja y le sonríe un poco.

— N-No Floch, no quiero que me vean así —se niega.

— Eres la única que piensa que te ves mal. Así estás linda. Ahora vamos.

— Que molesto eres —bufa ella.

— Tu eres la molesta.

   Ambos se miran y sonríen un poco. Durante esos días, habían hablado un poco más, puesto que al haber vivido la misma situación tan agobiante y estresante, lograban entenderse más. Y Floch fue de gran ayuda para que ella pudiera liberar sus emociones sobre la pérdida de Erwin.

   Caminar por el cuartel hacia que ____ sintiera un gran vacío en el pecho. Aunque recibía apoyo, seguía sintiéndose sola y desamparada. Aún no lograba asimilarlo del todo. Todas las mañanas despertaba esperando encontrar al rubio a su lado, o a veces planeaba ir a su oficina a ayudarle con el papeleo hasta que lo recordaba. Inconscientemente, pensaba en qué hacer o en qué momento ir a verlo hasta que caía en cuenta de la dura y triste realidad. Eso lo hacía más doloroso todavía.

— ¿Lo extrañas verdad? —pregunta Floch.

  La expresión de su amiga había cambiado de una seria, a una totalmente depresiva en cuestión de minutos.

— Demasiado —responde, secando unas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos— Lo siento. A veces... no sé, todo lo que me recuerda a el me hace llorar. Incluso cuando pienso en el pasado.

— Está bien llorar. No puedo imaginar que es lo que sientes ahora —Floch baja la cabeza— Sigo pensando que el comandante era la mejor opción.

— Quizá lo era, pero... Levi dice que Erwin merecía descansar —se encoge de hombros— Pero aún así duele mucho.
  
    Floch era quien más empatía tenía con ella. Jamás la vio con mala cara o pensó mal de ella por haber elegido a un hombre antes que a su amigo. El entendía perfectamente sus sentimientos y sabía que estaba en su derecho de haber pedido que el suero fuera para Erwin.

— No tengo ganas de ir a la audiencia, ni siquiera me interesa que es lo que está pasando por más importante que sea —habla la pelinegra— Ni siquiera sé si merezco esa medalla de porquería.

— ¿Por qué no?.

— No he hecho nada. Ni en estos meses en la Legión. Soy una inútil, no como los demás, ellos si han hecho cosas muy buenas y mis habilidades no han sido fuera de lo común. Hasta en la última operación, solo... solo me sacrifiqué por Erwin.

—No creo que seas una inútil. No te conozco desde hace mucho pero en la operación te he visto matar titanes como si nada —Floch sonríe de oreja a oreja— También tienes una capacidad increíble para dar apoyo emocional.

— ¿Eh?.

— Ese día que estuviste con todos los reclutas mientras nos caían rocas... Nos ayudaste a calmarnos. Por un momento me sentí en paz gracias a ti y tus palabras. Sabes mantener la calma en situaciones difíciles.

— Supongo que... Me gusta dar apoyo a los demás porque de niña mis padres solían estar fuera todo el tiempo y a veces necesitaba a alguien que me ayudara con esto de las emociones y no lo tuve —comenta avergonzada— Me desvié del tema. ¿En dónde esperan los demás?.

— Están en el patio.

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Hoy 17 de noviembre está de cumpleaños su autora favorita, o sea yo 😈

  

Stay With Me - Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora