9. Paraguas y pandillas

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Trina

¿Qué es eso de El monstruo de la clase 22? Maldito Ostyn que no explica nada ¡Y eso ya me lo dijo hace días, no logro conseguir información! Menos que se una a mi grupo, mucho peor derrotarlo.

Necesito una nueva estrategia.

Y esta lluvia que no me ayuda a pensar ¡¿Por qué mierda no me acordé del paraguas?! Comienzo el día de muy mala manera, maldición.

Las gotas dejan de mojar mi pelo y alzo la vista, es el objeto que estaba necesitando ¡¿Qué milagro es este?! ¡Ostyn!

—Hola, coneja. —Sonríe el chico alto y me entrega su paraguas—. Te estás empapando —aclara, entonces sigue su camino.

—¡Espera! —Corro y lo sigo para alcanzarlo, entonces camino a su lado—. Primero, no soy una coneja y segundo, se puede compartir.

—Claro que sí, así te llama Flex y no se puede, él lo podría malinterpretar.

—¡Ya no estoy con Flex! —declaro indignada, pues ya es la segunda vez que me llama de esa manera, refiriéndose a mi relación con mi ex, como si no hubiéramos terminado—. ¡¿Y a quién le importa lo que él piense?!

—A mí. —Abre un refresco que ni sé de dónde sacó.

—No puedo creerlo. —Bufo—. Esa amistad no vale la pena.

—Que Flex sea un mujeriego no lo hace un mal amigo. —Toma un sorbo de su juguito de uvita.

—¡Pero tampoco lo convierte en mi novio, terminamos! Es más, dijiste que me usaba.

—Fue una suposición, ya te pedí disculpas por eso. Hagan las paces y listo ¿Por qué tengo que ser yo el que esté entre los lloriqueos de ustedes dos? Además, ni siquiera te conozco.

—Ya nos vimos bastante, me conoces lo suficiente para que me dejes de llamar coneja ¡No estoy con Flex, ni jamás lo estaré de nuevo! ¿Entiendes?

—Lo entenderé cuando dejes de seguirme. —Sonríe.

—Te estás mojando —le recuerdo.

—Me adelantaré. —Se va corriendo.

Maldita sea.

Lo veo acercarse a Flex en la entrada del colegio y yo muero de rabia. Seguro el infeliz le pidió que me convenciera de volver, pero nunca pasará, mejor que siga soñando. Sus sueños quedarán enterrados.

—¡Sandal! —Me acerco a mi amiga y mano derecha—. Cambiaremos de estrategia.

—Como diga, jefa ¿Qué hay que hacer?

—No podemos vencer ni unir a Ostyn al grupo, así que atacaremos las zonas en que no esté, no pueden vigilar toda la escuela.

—¿Qué haremos contra las otras bandas? Mi jefecita.

—Reúnelas, veamos quién está de nuestro lado.

Pelirroja PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora