47. Así que... amigos

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Trina

—¡Manipuladora! —grita Flex.

Ostyn se acomoda la remera y se levanta de sobre mí. Por mi parte al pararme lo hago bien rápido, ya que estoy hecha furia. Me acerco a Flex muy molesta.

—¡Te voy a agarrar a trompadas!

—¡Chicos, chicos! —repite Ostyn cuando nos empezamos a pelear—. ¡Uh, golpe bajo! —exclama, pues le doy en sus partes al rubio—. ¡Ay, cuidado! —chilla al ver que mi ex logra que me caiga al suelo—. ¡No! —expresa en el momento que le pego una patada desde el piso a su amigo—. ¡¡YA BASTA!!

Nos detenemos agarrándonos de los pelos y nos quedamos petrificados mirándolo, pues su último grito nos descolocó.

Ostyn deja de fruncir el ceño, luego sonríe.

—Gracias. —Asiente, toma una almohada y se dirige a la puerta—. Me voy.

—¡No te vayas! —grito exagerando y suelto a Flex—. ¡Mi amor, estábamos tan cerca! —Señalo a mi ex—. ¡Es su culpa! ¡Dile algo! —Lloriqueo.

—Por estas cosas hay que empezar una relación despacio —opina.

—¡¿Qué despacio?! —me quejo—. ¡No es justo!

—¿Qué relación? —Se cruza de brazos el rubio estando indignado.

Ostyn suspira.

—Ustedes me dan jaqueca. —Vuelve a suspirar—. Arreglen sus cosas, después me meten en sus vidas. —Abre la puerta y se retira.

Quedo tildada un segundo, luego reacciono y vuelvo a señalar a Flex.

—¡¡Es todo tu culpa, mira lo que hiciste!! —le grito.

—¡¿Lo que yo hice?! ¡¡Tú eres la manipuladora!! —me grita también.

—¡Ah, te voy a matar!

Y regresamos a pelearnos.

Ostyn

Camino con mi almohada por el pasillo de los dormitorios, salgo fuera del edificio y veo a Sandal sentada en una de las barras de los estacionamientos.

—Hola —le digo.

—¿No podías dormir? —consulta.

—Flex y Trina me dan jaqueca. —Me siento en la barra como ella.

La castaña se ríe y luego saca un cigarro de su bolsillo, lo pone en su boca, pero se lo saco antes de que lo encienda.

—¿Cuidando el medio ambiente? —exclama tranquila.

—Los cigarrillos son malos para la salud.

—Bien. —Me lo quita y se lo guarda—. Volviendo al tema anterior, Flex y Trina son ese tipo de personas explosivas, déjalos ser, ya se les pasará.

—Oí que conoces a Flex de antes —aclaro—. ¿De verdad es tu amor de la infancia?

—Terrible, ¿no? —Se ríe.

—Lo que no entiendo es por qué dijiste que lo odiabas y luego lo besaste.

—Ah, es que es un amor-odio, me pasa muy seguido con los imbéciles, soy una tóxica.

—¿Y te parece bien? —Enarco una ceja—. Desintoxícate.

Se vuelve a reír.

—¿Te doy un consejo?

—A ver. —Sonrío.

—Una cena romántica.

—¿Qué? —Ahora me río yo.

—Si eres romántico con Trina no le va a importar que no le des el triqui triqui.

Me carcajeo.

—¿Por qué me dices eso?

—Fácil, a Flex lo tendrás calmado si ustedes no andan fornicando. Solo hasta que se acostumbre, después pueden hacer lo que quieran.

—Los conoces a ambos, eres una genia.

—Lo sé —exclama con aires de superioridad.

—Por cierto, ¿qué haces tan tarde por aquí?

—Me escondo. —Se limita a aclarar.

—Bueno, si tú lo dices. —Hago una pausa—. ¿Te puedo acompañar?

—Claro, el cielo siempre se puede mirar con amigos.

—Así que... amigos.

—Sí.

—Qué genial.

—Lo sé.

Observo hacia arriba, los árboles se mueven con el viento y al inclinar un poco más la cabeza, puedo ver las estrellas, por lo tanto sonrío.

Así que... una cena romántica. 

___

¿Puedo amar más a Sandal de lo que la amo? Es que sin saberlo hizo feliz a Ostyn. Nosotros sabemos lo mucho que le cuesta hacer amigos y ella simplemente... aahhh la amo 😭❤️

Pero volvamos a Trina y Ostyn, se viene... ¡Cena romántica! 

Atte: Vivi.

Pelirroja PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora