Capítulo 4: Destino.

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⚠Cambié la mayoría de este capítulo, por si lo quieren releer :)

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Murielle.

—Hola, Raven.

—Mhm—murmuro anotando algo.

Me senté a su lado para tratar de averiguar qué es lo que hacía.

—¿Qué es lo que haces? —pregunte confundida.

—Se supone que estoy haciendo los apuntes de cálculo.

—¿Por qué no lo hiciste en tu casa?

—Porque no entiendo una mierda sobre cálculo.

Solté una leve risa y saqué mis apuntes para dárselos.

—Puedes tomar los míos.

—¿Oh, enserio? —sus ojos se iluminaron.

—Raven, necesito que me...— se acercó el chico de cabello cobrizo. Nicolás.

—Son de Murielle—respondió Raven.

—Tranquilo, puedes tomar tus notas—le dije amablemente.

—¡Gracias! —exclamo levantando sus brazos. Solté una risa.

Mientras ellos veían mis notas. Me gire hacía la puerta, justo en ese momento iba entrando un pelinegro, con la cabeza baja y con auriculares en los oídos. Iba muy concentrado viendo su celular e ignoro por completo que lo estaba mirando. En un momento levanto la vista y me miró fijamente, sus ojos claros se conectaron a los míos y llamo mi atención el que me sonrió de forma divertida.

¿Qué le divertía? Se sentó del lado contrario a mí, pero aun así podía verlo perfectamente.

—Niki—le hablo a Nicolás.

—¿Eh? —respondió sin levantar su vista.

—¿Puedes acercarte un momento, Nicolás?

Dejo mis notas, me sonrió amablemente, y susurro un gracias. Se acerco a Vaden y comenzó a hablar entre ellos. Algunos segundos después el profesor llego, me gire hacia Raven y aún no terminaba.

—¿Te falta mucho? —le susurre.

—Soy una persona de lento aprendizaje—me dijo, volví a soltar una risa—. ¿De dónde carajo salió esto? —exclamo demasiado alto, a lo que todos lo miraron riendo, claramente no lo noto.

—Raven—lo llamo el profesor.

—¿Qué? —respondió el, nada amable.

Al ver que se trataba del profesor, que tenía una ceja enarcada cambio su expresión por completo.

—Lo siento—se encogió de hombros.

—¿Por qué no pasas a resolver el primer ejercicio?

—No.

El profesor volvió a enarcar una ceja a lo que él se levantó cansado para resolver el primer ejercicio. Vaden se burló a lo que el profesor también lo miro.

—¿Por qué no le ayudas a Raven con el siguiente ejercicio, Kleits?

El asintió y se levantó, no tardó mucho en terminar y para mi sorpresa lo hizo correctamente. Raven aún seguía ahí, Vaden negó con la cabeza y le susurro algo, pronto ambos terminaron y se sentaron en sus respectivos lugares. Pero el muy imbécil al pasar junto a mí me giño un ojo.

¿Y a este que le pasaba?

Seguí poniendo atención en clase y ayudándole un poco a Raven con lo que necesitara. Así pasaron las siguientes dos horas cuando termino la clase y salí para tener un descanso de diez minutos. Raven y yo salimos juntos hablando un poco sobre mis primeros días aquí. Pero una chica de baja estatura choco contra mí.

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