Capítulo 29: Muerte.

41 0 0
                                    

Advertencia: Contenido Sexual.

Vaden.

¿Qué era el amor?

¿Por qué en algunas ocasiones éramos inmensamente felices y otras veces quedábamos arruinados por la partida de alguien?

Es completamente asombroso como te puede volver loco una persona. Nunca sabes si la persona que permanece a tu lado será para toda la vida o su presencia solo será momentánea.

Hay que acostumbrarse a la soledad, para no conformarnos con migajas de amor.

Pero ¿qué pasa cuando hay una persona que daría su vida por verte feliz?

No ocurre todos los días y serás demasiado afortunado si consigues que una persona este locamente enamorada de ti y quiera compartir su vida contigo.

Eso era lo que le pasaba a Jaeden. Estaba tan enamorado de Fayre que sería capaz de entregar su vida por ella, de igual forma ella lo amaba, ambos se correspondían mutuamente y no dudaba ni un poco de su amor.

El problema no era eso, si no la rivalidad entre nuestras familias, porque a pesar de que mi padre haya aceptado trabajar con Hyram, sabía que no estaba contento. Y el mayor problema ahora era Alana, con su repentina confesión acerca de Shyloh.

Fayre había reaccionado de manera normal todo el asunto con nuestros padres, pero Hyram no, él sabía que la confianza de Alana no la tenía del todo, eso incluía su matrimonio, así que el decirle que Shyloh era hijo del hombre que más odiaba, casi hace que terminará con la vida de mi padre.

—Solo te he pedido una cosa.

—Y yo te he dicho que no pienso dejarla de nuevo.

—Jaeden entiendo que te guste y quieras estar con ella, pero su padre está a nada de matarme, si es que lo consigue.

—Ni Fayre, ni yo tenemos la culpa de que tú y Hyram se odien. Tu pasado me persigue a mí también, papá.

—No quiero que sea así—papá se cruza de brazos—. Solo entiende que tú y Fayre nunca podrán estar juntos.

—¿Por qué? —escucho la voz enfadada de Jaeden—. Me separaste de ella cuando tenía dieciséis, no volveré a permitir que lo hagas.

—¿Yo? ¿Ahora soy el culpable de que lo suyo no haya funcionado? Eras solo un adolescente.

—La he amado desde que tengo catorce. No quieras cambiar lo que siento.

—Papá—habló por primera vez en la conversación—. Jey solo está enamorado. Deja que sea feliz.

—¿Es que acaso tu tampoco lo entiendes?

—¡El que no entiende eres tú! —exclama Jey—. Me obligaste a ser infeliz durante años, no dejaré que lo hagas de nuevo.

Finalmente se levanta y sale de la oficina.

—Es solo un capricho—me dice—. Se le pasará.

—¿Así fue cuando te enamoraste de mamá? —mi pregunta parece sorprenderlo, en sus labios se muestra una sonrisa.

—Tu madre fue una mujer asombrosa.

—Y por eso la amabas.

—Lamento ser tan estricto contigo y con Jaeden. Solo que, ¿tenían que salir con las hijas de la mujer que me destruyo la vida?

—Papá, estas juzgando mal a Osiana y a Fayre. Ellas no tienen la culpa de lo que Alana te haya hecho.

—Si están con ella, él va a...

Presa FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora