13| Descontrol I

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Rose Collins.

Me negaba a llegar a la puerta, todo mi organismo me decía que debía regresar e ignorar la advertencia de Roy sobre pasar la noche afuera. Tenía miedo de entrar y que las maletas estén esperándome, me aterraba pensar que ellos podían detestarme por agredir a Molly, no, me asustaba el "qué dirán".

¿Por qué siempre me pasaba lo mismo? Oh lo sé, mis hermosas inseguridades. Algunas veces extrañaba a la niña que no le asustaba nada, la que decía las cosas que pensaba sin miedo a ser juzgada o que simplemente se permitía ser feliz a su manera. Esa niña creció y con ella el mundo cambió, de pronto el autoestima que alguna vez tuve se vio afectado al igual que mi forma de pensar.

¿Qué podía pasar si me liberaba otra vez? ¿Y si me permitía ser yo misma? Un desastre, eso pasaría.

Molly había tocado mi punto débil, fue por eso que me olvidé de la apariencia que debía mantener y ataqué. La verdadera Rose se apropió de mi cuerpo y pensamientos, esa chica que tanto me esmeraba en esconder del resto. Y no es que tuviera un trastorno de personalidad, sino que todos tenemos un lado que no queremos mostrar. Aquella pequeña parte que nos jode la existencia y detestamos.

La puerta se abrió y retrocedí por instinto, fruncí el ceño cuando Sean soltó un grito llamando a Foster y luego corrió hasta mi para tomarme por las mejillas. Sus ojos cayeron sobre los míos y luego bajaron por el resto de mi cuerpo en una especie de inspección.

— ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? ¿Quieres ir al hospital? Tal vez Molly te hirió y no nos dimos cuenta.— murmuró más para él mismo, aparté sus manos de mi rostro con suavidad y negué.— Oh Rosie, me asusté.

— Lo siento, actúe sin pensar, en verdad lo lam...— Foster me interrumpió.

— No tienes nada de qué disculparte.— corrigió cruzado de brazos.— Ella ofendió a tu familia, es normal que reaccionaras de esa forma. Además, sacó conclusiones apresuradas y te agredió.

— Pero habían otras formas de reaccionar.— dije con disgusto.

— Sí, las había, pero en un momento como ese es normal que te olvides de la razón.

Foster se acercó hasta mi para revolver mi cabello con una sonrisa amable y suspiré, por otro lado, noté que Sean se mordía las uñas a tal punto que hizo una mueca de dolor. El primero en reaccionar fue Foster y le golpeó la cabeza como regaño, miré el jardín delantero percatándome que faltaba un coche: el de Eros.

— Ryan y Eros discutieron.— soltó Sean ganándose otro golpe de Foster, abrí la boca sorprendida y los miré con los ojos como platos.— Lo siento, no sabía cómo decírtelo.

— Pues claramente esa no era la forma adecuada.— siguió Foster.

— ¿Q-qué?.— la sorpresa no pasó desapercibida.— ¿Por qué? Es decir, ¿Realmente Ryan y Eros discutieron? Eso es imposible en mi mente.

— Tal vez en tu mente lo sea, pero últimamente discuten mucho.— explicó Sean irritado.— Ryan le reclamó el hecho de que saliera con Molly y luego le dijo que no te metiera en problemas, Eros se enojó porque no quiso hacer eso y empezaron a decirse cosas... Un poco fuertes.

— La discusión subió de volumen y Eros decidió irse antes de explotar contra Ryan, en otras palabras, Ryan está encerrado en su cuarto desde que te fuiste y Eros tal vez esté en el club.— finalizó Foster dándome una palmada en el hombro.— ¿Puedes hablar con Ryan mientras buscamos a Eros?

Fue demasiada información.

— Claro que sí.— respondí al instante.— Llámenme si lo encuentran, intentaré... Apagar el incendio.

Pequeño Demonio: Enamórame ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora