38| Lo Más Difícil Es Dejarlo Ir

1.9K 155 10
                                    

Rose Collins.

Quedaban tres días antes de que completaremos la misión, mentiría al decir que no estaba nerviosa. Nuestros padres llegarían dentro de unos minutos y luego les diríamos que debían mantenerse alejados para no salir heridos. No era tarea sencilla, mis padres se negarían a dejarme sola sabiendo que mi vida está en peligro; cualquier padre lo haría.

No habían rastros de Ryan, intenté llamarlo varias veces pero no respondió, era como si hubiese desaparecido del planeta. Los únicos que intentaron contactarse con él fueron Sean y Foster, pero tampoco tuvieron suerte. De hecho, casi no habían rastros de Eros tampoco. Las únicas veces que lo veía era durante las mañanas o antes de dormir, estaba ocupado con algunos pedidos.

Los pasos en el pasillo captaron mi atención por lo que guardé el móvil dentro de mi chaqueta, dos toques en la puerta seguidos por la voz de Sean hicieron que mis músculos se relajaran. El chico se asomó de forma tímida hasta quedar dentro de la habitación, frotaba sus manos con desesperación y mordía su labio inferior. Estaba nervioso.

— Nuestros padres están a unas cuadras, Eros nos pidió que no hablemos sobre la discusión con Ryan ya que él se haría responsable.

— ¿Y qué les dirá?

— Que nos dejó.

— Ah, comprendo.— me limité a decir.

Sean esperó que otra palabra saliera de mis labios pero nunca ocurrió, por el contrario, di media vuelta para observar la ventana. Los coches se asomaron uno por uno y mi corazón dio un brinco cuando vi a mis padres, me puse de pie para abandonar la habitación sin mirar atrás.

— ¿Rose?.— oí la voz de Eros y luego los pasos de Sean.

— ¿Qué te ocurre? Puedes contarnos cualquier cosa.

Mis ojos se detuvieron en Eros quien sonrió, sólo que esta vez su sonrisa se vio sumamente forzada. Miré a Sean el cual se mantuvo inmóvil y finalmente negué, mentir con que todo estaba bien sería lo mejor para todos. Una vez que completáramos el plan, me disculparía con todos por las molestias y me iría.

— Estoy un poco nerviosa.

— Todos lo estamos, tranquila.

¿Qué le dirían a Pierce y Sam? No me gustaría ver la decepción en sus rostros, menos si la razón es su hijo. Además, soy consciente de que Ryan nos dejó sin más pero también sé que falta una parte de la historia, de lo contrario, no me habría ofrecido acompañarlo. Alguien está usándolo como villano para poder mantenerse con las manos limpias.

— Yo me haré responsable de todo, no se preocupen.— finalizó Eros adelantándose.

Al llegar junto a nuestros padres, vi la desesperación con la que Samantha buscaba  a su hijo. Una presión en mi pecho se profundizó al sentir los brazos de mi madre rodeándome, correspondí a su gesto con la misma fuerza. Ella tomó mis mejillas y plantó un beso en mi frente, sin embargo, su mirada sólo transmitía nerviosismo.

— Rosie, tenemos que hablar.— la voz de mi padre sonó con mayor fuerza.— Ven con nosotros.

— Alex...— mi padre miró a Eros con cara de pocos amigos.

Pequeño Demonio: Enamórame ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora