17| El Que Busca, Encuentra

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Maratón 2/3.

Rose Collins.

Habíamos acabado con la pizza y lo único que adornaba la sala era el silencio incómodo que Ryan al igual que Eros se encargaron de formar, mis amigos estaban enviándome mensajes preguntándome si ellos dos se odiaban y hasta donde podía recordar, ambos habían hecho las paces. ¿Se volvieron a pelear? Eso es imposible. En todo caso, su relación es peor que un matrimonio viejo.

Foster se puso de pie captando la atención de todos en la sala, lo miré en busca de ayuda pero él decidió ignorarme para mirar a Sean quien estaba sonriéndole. Claramente, ninguno se sacrificaría.

— Ya me voy a acostar, es tarde y estoy agotado.— comentó el primero ganándose una mirada llena de odio por mi parte.— ¿Ustedes se quedarán a dormir, chicos?

Por favor, digan que sí.

— No, de hecho ya me iba.— soltó Victoria poniéndose de pie y me sonrió a modo de disculpa.— Mañana comienzo en mi nuevo trabajo, lamento no poder hacerles compañía.

— Yo te llevo, vamos.— se ofreció Roy al instante y me miró con una mueca por su traición.— Rose, ¿Nos acompañas a la puerta?

— Claro, ¿Sean tú qué harás?

— Yo también me iré a dormir, Rosie.— dijo siguiéndole el juego a Foster.

— Bien, los acompaño.

Los tres salimos de la casa como un método de escape y no fue hasta que llegamos a la motocicleta de Roy cuando soltamos el aire que teníamos retenido, quise hablar pero ambos se giraron hacía mi cruzados de brazos. Por alguna razón, todos parecían comprender algo que yo no.

— ¿Sales con Eros o con Ryan?.— preguntó Victoria obligándome a fruncir el ceño.

— Con ninguno, ¿A qué viene eso?

— Rose, ambos chicos quieren algo contigo.

— Ya sea sexo o una relación estable, te quieren para ellos.— siguió Roy ganándose una mala mirada por parte de Victoria.

— No es un objeto, estúpido.

— Nunca dije que lo fuera, pero debe elegir si quiere estar con uno de ellos.

— Esperen un momento, ¿Desde cuándo debería ver a mis amigos de la infancia con quienes me crie con otros ojos? Es como querer acostarme con mi hermano, lo cual suena terriblemente asqueroso.— dije haciendo una mueca disgustada.

— ¡No son tus hermanos, son tus amigos que quieren follar contigo, maldita lenta! —gritó Victoria haciendo que mis mejillas se encendieran.— ¿Por qué razón creés que el ambiente cambió cuando Eros te vio sobre Ryan? No hace falta mucho cerebro para saberlo.

— Sin ofender Rose, pero estuvimos solo unas horas y nos dimos cuenta antes que tú.— aportó Roy a lo que reí.

Esperaba que fuera un chiste.

Realmente quería que lo fuera.

— No sean tan payasos.

— Aquí tú eres la única payasa, ¿Puedo prestarte un labial rojo así te dibujas la cara? Porque ya tienes la esencia de una.— respondió mi amiga y le enseñé mi dedo corazón.

— ¿Qué harás si te hacen decidir?

— No lo sé, ni siquiera considere la idea de que ellos... Ya saben.— admití al borde un colapso nervioso.

Pequeño Demonio: Enamórame ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora