21| Enemistades

678 73 2
                                    

Eros Loughty.

Por unos instantes, olvidé el sitio y la situación en la que estábamos. Sólo podía observar las marcas que dejaron sus lágrimas en las mejillas y la débil forma en la que su mano se sujetaba a mi camiseta, su cabello castaño caía en el suelo y me percaté que tenía alguna que otra rama colgando de él. No sabía qué hacer, la amenace para mantener un rol de líder fuerte pero no quería hacerlo. Me aterraba la idea de que ella me temiera, no quería que la única persona que me valoraba como ser humano me viera ahora como un monstruo.

Escuché los pasos acercándose y no fue necesario que levantará la cabeza para saber quiénes eran, todos estaban esperando una orden mía pero yo sólo podía pensar en cómo explicarle todo a Rose. Aparté el pañuelo de su rostro y la acerqué a mi cuerpo para cargarla entre mis brazos, su cabeza quedó apoyada en mi pecho al mismo tiempo que su mano caía al costado.

— Primero la espantas y ahora la tratas como una princesa, ¿Qué pensarían los demás de esto? —preguntó Ryan con una pizca de molestia y burla a la vez, estaba seguro de que él era la primer persona que me golpearía.

— Rose no puede involucrarse en esto, podemos explicarle lo que hacemos pero no...— Foster interrumpió a Sean.

— La pobre chica debe estar en una guerra consigo misma para saber qué debe hacer, al enterarse de esto no hicimos más que ponerla en una situación de mierda.

Tenía razón y esa era la principal causa por la que evitaba que ella nos viera en el club, Rose no podría soportar esto y lo sé porque la conozco como si fuera la palma de mi mano –al menos una parte de ella–. Bajé mi vista a su rostro e inconscientemente aferré mi agarre, quería abrazarla hasta que despertará porque sabía que una vez que sus ojos se abrieran, Rose me alejaría para siempre.

— ¿La atamos a una silla?.— preguntó uno de los hombres ganándose una mala mirada por parte de nosotros cuatro.

— La recostaremos en el sillón de la sala y esperaremos a que despierte, ustedes quédense en las camionetas afuera.— ordene al caminar con ella en brazos.— Y cualquiera que intente husmear o la ataque, lo pagará con la muerte.

— A su orden.

Subí las escaleras del pórtico y Sean abrió la puerta, tras recostarla en el sillón todos nos sentimos más aliviados. Le hice un análisis desde lejos para chequear que estuviera sin un rasguño y efectivamente seguía entera. Me senté en uno de los sofás soltando un suspiro en el camino, pasé mis manos por el rostro deteniéndome a la altura de mis labios.

— ¿Qué le diremos? —preguntó Foster.

— La verdad aunque estoy seguro de que algo sospecha.

— Te juro que si Rose se aparta de nosotros, te mataré.— murmuró Ryan al guardar su navaja y lo miré de reojo.

— No será necesario que lo hagas.

La reacción de los chicos fue inmediata, todos se vieron sorprendidos ante mis palabras y debo admitir que yo también lo estaba. ¿Desde cuándo dependía tanto de ella? No me gustaba ser una persona que necesitará la aprobación ajena, odiaba ser el tipo de hombre débil porque le mostraban un poco de cariño. Rose era mi amiga, tal vez mi mejor amiga pero no podía depender de lo que ella pensará de mi.

— No discutan ahora, por el momento debemos enfocarnos en cómo la enfrentaremos.— dijo Sean captando nuestra atención.— Rose angelical es fácil de llevar, pero una chica molesta porque se sintió traicionada créanme que puede volverse peor que un grano en el culo.

— No me preocupa, estoy seguro de que Eros será su primer víctima.— comentó el rubio.

— Yo estoy seguro de que nos odiara a todos.

Pequeño Demonio: Enamórame ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora