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Estaban a punto de tirarse de un edificio pero no de forma literal.

—Pero tiene mas de esos ¿verdad?—
— hablo Regina dispuesta a aferrarse a la idea que no todo estaba perdido.

—Si de seguro— Vincenzo también quería apegarse a la idea y comenzaron a reír por aquella desesperación.

—Solo existe uno ¡El único que existe en todo el universo!— reía el señor Cho para no llorar.

—¡Tu maldito!— insulto Vincenzo.

—¡Pero no grite!——regaño el señor Cho— ahora debemos demoler el edificio si queremos el oro— y ahora esas risas se volvieron llanto, lagrimas llenas de frustración.

—No me diga eso— chilló Regina tirándose al suelo —No puede ser mis vacaciones en dubai—se lamento mientras golpeaba al piso.

—Siento que mi corazón se derrumba— Chilló ahora Vincenzo y en eso llegaron los mojes con una total sorpresa al encontrarlos llorando.

—Pero... ¿Que ocurrio?...— pregunto el monje.

—Después de hacer las 108 reverencias pudimos sentir la presencia del misericordioso buda— aquellas palabras de Vincenzo apenas fueron entendidas.

—Jamas había visto llorar a alguien al ser iluminado— comento conmovido uno de los monjes.

"oh misericordioso buda, Jesus, Virgen de guadalupe, Thor o cualquier dios ¡Tinen que Iluminarnos!"

Después de por fin recuperar la postura se miraron unos a otros, este trío estaba condenado a la mala suerte.

—Era mi arma favorita— Regina miro de manera melancólica el suelo, ganándose unas palmadas de consuelo de parte del Sr. Cho.

Habían perdido aquella oportunidad que les aseguraba tenerminar con todo de manera sencilla y sin levantar sospechas.

Todos en la plaza se reunieron en el restaurante de comida italiana, los inquilinos tenían la cabeza baja y con un sentimiento de culpabilidad.

Vincenzo estaba en una mesa y Regina estaba atrás de el mientras acariciaba su espalda en forma de consuelo pues estaban sumamente indignados, la pelirroja los miraba incrédula y Vincenzo se sentía ofendido.

—¿Como pudieron pensar que haría algo así?— reclamo el italiano —Ustedes saben que son como una familia para mi.

Regina, la abogada Hong y el abogado Kim negaron decepcionados de los inquilinos.

—Hemos pasado muchas cosas juntos y todavía seguimos juentos— comento indignado —¿No es asi?.

—Si~— respondieron todos al uniso avergonzados.

— Entonces... ¿d-deberían sospechar de mi?— la voz de Vincenzo se convirtió en un hilo sumamente delgado que amenazaba con romperse haciendo crecer la culpa en los inquilinos.

—No deberíamos— todos respondieron.

—Crei que ustedes...confiaban en mi y...— las lagrimas comenzaron a desbordarse de los ojos de Vincenzo, este se paro y se fue a refugiar en los brazos de Regina quien le daba palmadas en la espalda.

Apariencias ||ᵛⁱⁿᶜᵉⁿᶻᵒ ᶜᵃˢˢᵃⁿᵒ ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora