Apariencias ||ᵛⁱⁿᶜᵉⁿᶻᵒ ᶜᵃˢˢᵃⁿᵒ ☕︎

❝ 11 ❞

El clima era un poco mas frío de lo común este día y después de aquella mañana tan cálida que recibió Regina su sonrisa no podía borrarse de su rostro aunque una muy notable confusión también por el comportamiento de Vincenzo, pero prefirió ignorar esa duda y disfrutar.

Estaba en una montaña, más bien un lugar de caza alado de su fiel amigo Jang Hanseo, algo que se le hacia muy extraño.

—Hanseo ¿Qué hacemos aquí?—— pregunto la pelirroja mirando a su alrededor.

—Quiero mostrarte algo—dijo este con una sonrisa algo sospechosa

—Taran~— dijo este al mostrarle una pistola.

—Wow ¿De donde la sacaste?— dijo esta sorprendida.

—La compre hace unos días y me llego ayer en la noche, Es genial!.

Regina comenzó a reír.

—¿Genial? Es de niñitas— se burló.

—Tu que sabes de armas, de seguro es la primera vez que ves una— HanSeo se indigno provocando que Regina riera mas, la pelirroja se acerco a el y le quito el arma, verifico que tuviera balas, después quito el seguro y disparo con una sonrisa en el rostro que provocaba escalofríos en Jang Hanseo.

—¡¿A que le diste?!— salió corriendo HanSeo, al darse cuenta de que Regina le había dado a algo.

Le dio justo aun siervo.

—Lo mataste.

—Una pistola es un arma asesina, no deberías estar jugando con esto.

—Yo solo la iba a coleccionar.

—No mientas, estas planeado matar a alguien me da curiosidad saber a quien.

Hanseo tenia enfrente a una asesina, a ella no la podía engañar, después de un momento de silencio el hablo.

—Al verdadero presidente de babel.

—¿y quien es el?.

—Mi hermano.

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Después de fuertes declaraciones Regina ahora sabia que Jang Hanseo tenia un hermano y tenia lógica que el solo fuera un títere en babel.  Estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había llegado de regreso a la plaza.

—¡No! ¡Me niego! ¡No puedo hacerlo!— la voz de Vincezo se escuchaba desesperada, a Regina le pareció algo extraño.

—¿Qué sucede?— pregunto una vez adentro, Vincenzo en cuanto vio a su esposa se oculto tras ella como si fuera su lugar seguro.

—Vamos es por la justicia— alentó ChaYoung.

—No puedo a parte estoy casado y no puedo hacerle eso a mi esposa— se excusó vincenzo entrelazado su mano con la de Regina.

—¿hacerme que?— pregunto confundida.

—Quieren que seduzca a una persona— dijo vincenzo mientras se ocultaba de nuevo detrás de Regina.