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5 años atrás

¡La vida matrimonial estaba por los cielos!

Al poco tiempo de casarse Regina y Vincenzo se habían convertido en grandes amigos, estaban fascinados por lo bien que se complementaban y realmente no podían desear algo más. Solían hablar cómodamente, manejar a la perfección los "negocios", complacerse mutuamente en intimidad y amaban compartir la adrenalina que se sentía cada que tenían que eliminar a alguien.

No había mejor pareja o dúo dinámico que esta. Y en eso estaban mas que de acuerdo.

La ahora Señora Cassano se encontraba en una tienda de ropa probándose algunas piezas, para una fiesta de negocios que tendrían por la noche.

—¿Y este?.

— Soy fiel al vestido de seda verde con el escote.— le respondió Vincenzo quien analizaba con la mirada a su esposa mientras en sus manos había un té helado y bolsas de compras lo rodeaban.

—Pero me gusta mas el azul

—¿Sabes que podemos comprarlos todos, no?.— Regina bufo, y Vincenzo solto una risita —Amor, todo te queda hermoso te compro la tienda entera si quieres, pero usa el verde se te ve divino.

—Seguro desarrollaste un fetiche o algo, por eso tanto empeño con el verde— dijo la pelirroja mientras se sentaba al lado de su marido.

—Es que si, Se te ve tan Ah~ —Vincenzo soltó un suspiro mientras la sonrisa se ampliaba cada vez mas en su rostro haciendo sonreir a Regina. 

Ella se sentian tan bien estando juntos. Vincenzo se acerco un poco mas a ella, comenzó a acariciar su mejilla y terminar por besar los labios esponjosos de su esposa, amaba tanto besarlar se sentía tan bien. Como siempre sucedía, el beso comenzó a subir con dobles intenciones y cuando se separaron por la falta de aire Vincenzo le susurro —Aunque te ves mucho mejor sin nada puesto.

Habían pasado 11 meses desde el día que se casaron y arrepentirse jamas fue una opción, todo iba de maravilla hasta aquella fiesta.

La noche estaba hermosa y el vino que sirvieron esa noche era magnifico, pero ellos solo querían pasar la velada juntos, de solo mirarse sabían que tanto se deseaban y bueno, su pequeña Sunnie gano la carrera esa noche.

Regina se enteró un mes después de que estaba embarazada. Estaba tan aterrada que se sentia mal de sentirse feliz por la noticia, porque ambos tenían aquella ilusión de ser padres, pero era eso sólo, una ilusión, una fantasía que debería quedarse como tal.

Traer un ser inocente a vivir en su mundo donde el peligro amenazaba por donde sea, era terrible. No querían que una ángel estuviera en el infierno que ellos estaban.

Regina intento no tenerla, pero cuando iba ihacerlo se acobardo. Quizo ser egoísta y pensar en la familia feliz que una vez deseo.

Cuando lo hablo con Vincenzo solo empeoro las cosas, primero llego a ponerse feliz, muy feliz, creer ser el hombre más afortunado del mundo con aquella sonrisa verdadera adornara su rostro, luego comenzó a llorar por recordar todo lo que tendría que vivir aquel ser inocente por su culpa. Asi que un dia, decidieron que la mejor decisión era que su niña creciera con otras personas, quienes le pudieran ofrecer una vida normal sin preocupaciones, una vida que ellos no podían ofrecerle.

Regina se fue de Italia cuando el embarazo comenzó a notarse, llego a California y trabajo para la mafia sin estar presente, trato de vivir su embarazo con tranquilidad. Vincenzo estaba con ella, se mantenía a su lado a pesar de que se había creado cierta distancia entre ellos, apesar de que en un punto llegaron a sentirse incomodos, Vincenzo siempre estubo ahí para  asegurándose que no le faltara nada y estuviera cómoda.

Apariencias ||ᵛⁱⁿᶜᵉⁿᶻᵒ ᶜᵃˢˢᵃⁿᵒ ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora