DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON La Acosadora Sexual (Doctor-X/Doctor-Y)

Violación VIP

"¡Muérete! ¡Muérete de una maldita vez, maldita perra!".

Kaji había perdido el control de sí mismo, estaba fuera de control, dominado por la desesperación y el odio, había comenzando a apretar con más fuerza el delgado cuello de Michiko, sólo quería escuchar el sonido de su cuello fracturarse, y lo hubiera logrado si los doctores Mamoru Hara y Hikaru Morimoto no hubieran aparecido en aquel momento.

"¡No! ¡Doctor Kaji! ¿Pero qué está haciendo? ¡Suéltela!". Gritó Hara, agarrándolo por detrás junto con Morimoto, haciéndolo soltar a Michiko, que se sentó como pudo, tosiendo, con la mano en al cuello.

Y mientras intentaban sujetarlo con todas sus fuerzas porque Kaji no paraba de luchar ni gritar, pero terminó por desmayarse luego de dar un fuerte grito de histeria.

"Llevémoslo a una habitación, necesita que le pongamos un calmante". Le dijo Hara a Morimoto, que asintió muy asustado. Luego miró a Michiko. "¿Está usted bien, doctora Daimon? ¿Qué fue lo que pasó?".

"...Me burlé de él". Fue todo lo que pudo decir, limpiándose la sangre de la nariz con la mano, poniéndose de pie mientras Morimoto iba a ayudarla.

A Hara le llamó la atención que a Kaji también le sangrara la nariz.

"Creo que están yendo demasiado lejos con sus discusiones, doctora Daimon, tendré que reportarle esto al director Torii".

Cuando Kaji despertó, se encontró en la cama de una habitación VIP, tenía la manga arremangada de la camisa y una intravenosa en su brazo derecho. Se sentía muy calmado, demasiado para su carácter, y comprendió que estaba sedado.

Trató de hacer memoria de lo que había pasado y sus recuerdos sólo llegaban hasta el momento en que Michiko lo besó diciéndole que quería que fuera suyo, a partir de ahí sólo recordaba chispazos: ella en el suelo, sus manos en su cuello, miedo, furia, un furia terrible, quería matarla y luego alguien lo tironeaba por detrás obligándolo a soltarla y luego todo se volvió oscuro a su alrededor.

"Mierda... ¿qué carajo hice...? ¿Qué hice...?". Comenzó a llorar, desconsolado y aterrado. Su vida se había acabado, ¿cómo había sido capaz de matar a una mujer cuando se suponía que debía salvar vidas? Había asesinado a Daimon, era un asesino. "Demonio... Demonio... Lo siento mucho...". Murmuró, consumido por la pena y la culpa.

"No te preocupes, amor, estoy bien". Le dijo Michiko, que estaba sentada a su lado en una silla, sonriéndole descaradamente.

"¡Carajo...! ¿Qué mierda haces tú aquí...?". Exclamó espantado, poniéndose blanco como un fantasma. Quiso levantarse, pero el sedante era bastante fuerte y no pudo hacerlo.

"Ni sedado dejas ese vocabulario sucio que tienes, ¿eh?". Extendió la mano, peinando cariñosamente su cabello oscuro con los dedos.

"No me toques...". Se puso a la defensiva. "Llamaré a enfermera...". Extendió la mano hacia el botón que estaba arriba del respaldar de la cama, pero Michiko lo agarró de la muñeca fuertemente y se la bajó.

"No hagas eso, no quiero que nos interrumpan, amor, a menos que quieras hacer un trío con la enfermera... Aunque claro, no quisiera compartirte con nadie, soy muy celosa ¿sabes?".

"¿Qué...?" Kaji no logró entender a lo que se estaba refiriendo su acosadora, pero cuando la vio sacar una jeringa del bolsillo de la bata e inyectar su contenido en la bolsa del suelo, se asustó de verdad. "¿Qué mierda estás haciendo...?".

Ella le sonrió maliciosamente.

"Necesitas estar más calmado, amor tienes un carácter muy fuerte y demasiada energía".