Ataque

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Kaji se miró al espejo, se acomodó el cuello de la camisa, se arregló un poco el cabello y finalmente fingió una sonrisa.

"Es hora de ir a trabajar".

Cerró la puerta de su vieja y pequeña cabaña japonesa y caminó tranquilamente a través del sendero hacia un edificio un poco más moderno que daba a una carretera de tierra.

Había pasado un año desde que había escapado de Michiko y renunciando por completo a su vida de cirujano exitoso. Había conseguido una identificación falsa y hacía 8 meses que había encontrado trabajo como mozo de un pequeño restaurante de comida china atendido por una pareja de ancianos quienes eran los que elaboraban los platillos.

El pueblo en el que se había instalado no era grande, más bien era un pueblo devenido a menos, ni siquiera era una zona turística y no había mucho qué hacer ni cómo sobrevivir más que de la pesca, la caza y la agricultura. Los pobladores no eran muy comunicativos ni él tampoco con ellos, sólo se dedicaba a trabajar, a pasear un rato por el campo y a estar encerrado en la cabaña que los ancianos le habían dado para que viviera.

Mientras menos se hiciera notar, Michiko no tendría pistas para encontrarlo, estaba tan obsesionada con el que estaba seguro de que aún lo estaba buscando.

Kaji extrañaba mucho su antigua vida de cirujano, a veces se sentía muy ahogado, sin rumbo y sin sentido en su vida, aquella rutina tan monótona y tranquila sin los desafíos que le daba la cirugía estaba matando su espíritu de a poco, pero el terror que sentía de volver a ser encontrado por Michiko lo detenía de regresar.

Un día, para fortuna de los dueños del comedor, todo estaba lleno de clientes, Kaji iba y venía tomando las órdenes, alzando platos y sirviendo a los clientes. Él siempre había sido muy diligente y amable con el trato hacia las personas, incluso cuando trabajaba como cirujano, así que se ganó muy rápido la simpatía de los ancianos y los clientes.

"Una orden de rollitos primavera para la mesa 2, por favor". Le dijo a la anciana, que hacía de ayudante de cocina y cobraba a los clientes mientras su marido era quien cocinaba.

"¡Sale!". Dijo ella, y desapareció tras la puerta de la cocina. Entonces Kaji sonrió y tomó un par de bolls de chow fan y caminó rápidamente hacia una de las mesas.

"Este día habrá un buen pago". Murmuró, feliz. Si no fuera por el pago, él se sentiría completamente infeliz.

Luego de dejar los bolls, vio a una mujer con sombrero de paja y anteojos negros que estaba sentada en una de las mesas, alzar la mano, llamándolo urgentemente.

"¡Voy!". Asintió sonriente y se apresuró hacia ella, con la libreta y el bolígrafo en la mano, disponiéndose a anotar su pedido. Seguramente era otra turista de paso, como siempre.

"Bienvenida al comedor Mah Poh, ¿qué desea que le sirvamos?". Se agachó en señal de respeto y volvió a erguirse, sin mirarla a la cara, con los ojos fijos en la libreta.

"Un boll de chow mien, por favor". Le pidió una supuesta voz aparentemente desconocida.

"Bien. Muchas gracias, en un momento se lo traeré". Volvió a inclinarse y se fue.

Michiko, que no era otra la mujer, lo observó irse. Había fingido otra voz para que él no la reconociera, no quería ninguna escena en aquel lugar.

Me costó encontrarte, pero por fin lo logré sin quererlo... Pensó, sonriendo maliciosamente. Te ves más delgado, hasta triste, pero ya te daré motivos para que vuelvas a ser feliz, mi amor...

Luego de comer y sin que Kaji sospechara que era ella, tal vez porque estaba muy ocupado trabajando, Michiko se fue para vigilarlo desde lejos. Realmente fue una suerte que el antiguo coche de Kaji, que ella estaba conduciendo, se descompusiera cerca de allí. Lo había llevado a un mecánico y había decidido almorzar justo en aquel lugar, encontrándose sin querer con el fugitivo.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON  La Acosadora Sexual (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora