Al fin mío

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"¡Maldito infeliz! ¡Suéltalo!". Gritó Michiko a la vez que le pegaba fuerte en la cabeza con una enorme piedra. Sato cayó sin tenido al costado del río.

Michiko se le quedó mirando un segundo, muerta de furia y con ganas de seguir golpeándolo hasta matarlo, pero finalmente miró a Kaji y soltó la piedra, espantada al verlo semidesnudo, con la ropa rota, terriblemente golpeado, cubierto de sangre y barro, tratando de mantenerse con vida a duras penas, inconsciente.

Se arrodilló a su lado y lo tomó entre sus brazos, llorando como una desesperada. "¡Kaji! ¡Kaji! ¿Pero qué te ha hecho esa bestia? ¡Despierta, por favor!". Pero él seguía sin sentido, así que, asustada, Michiko acercó su oído a la boca entreabierta de Kaji y se alivió al sentirlo respirar muy tenuemente, pero se notaba que su cuerpo luchaba por sobrevivir a sus feroces heridas. Luego le abrió uno de sus ojos y lo iluminó con la luz del móvil y la alivió notar que sus pupilas reaccionaban normalmente, lo que demostraba que parecía no tener daño cerebral.

Pero no había tiempo qué perder si quería salvarlo. "No te preocupes, no te fallaré, te salvaré la vida, tú sigue luchando por sobrevivir". Se hincó y subió a Kaji sobre su espalda, volvió a levantarse y se apresuró hacia el coche que había dejado escondido cerca de la casa de Kaji. Se lo iba a llevar de allí sin decirle a nadie, nadie tenía que saber lo que le había pasado.

El sonido del río la había desconcertado haciéndole creer que era eso lo que había escuchado desde el sendero, pero, siguiendo su intuición, recorrió un poco la orilla hasta que vio unas figuras oscuras en el suelo, una moviéndose sobre la otra bajo la lluvia que había comenzado a caer, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo, logrando detener al atacante de Kaji y salvarlo.

Cuando llegó al coche lo depositó suavemente sobre el asiento trasero y lo tapó con un abrigo, luego ella misma se cambió de ropa porque estaba empapada por la lluvia y sucia por el barro y la sangre de Kaji. Una vez lista encendió el motor y salió derecho a la ruta principal, llegó rápidamente hacia un resort turístico en donde alquiló una pequeña casa con todos los servicios. Llevó a Kaji allí y lo desnudó para meterlo a la tina con agua caliente para que recuperara la temperatura normal del cuerpo y para limpiarlo con una esponja.

Cuando ya estuvo mejor, lo recostó en la cama, lo tapó y salió a comprar todo lo que necesitaría para desinfectar, curar y coser sus heridas además de algo de ropa para vestirlo.

Regresó al poco tiempo, una ciudad estaba cerca de allí y había comprado todo lo que necesitaba, y mientras comenzaba a curarlo apresuradamente se puso cada vez más desesperada y furiosa. "Maldito hijo de perra, casi lo mata...".

Dos horas después, luego de haberlo curado, vestido y colocado un suero, Michiko volvió a taparlo con cariño y se acostó a su lado, abrazándolo suavemente y se durmió. Por lo menos la fiebre había bajado y ahora simplemente dormía, así que tal vez no tendría que llevarlo al hospital arriesgándose a que todo el mundo supiera lo que le había pasado. Estaba segura de que Kaji no quería eso.

Pero no fue un sueño tranquilo para ninguno de los dos porque Kaji a veces se quejaba de dolor, removiéndose un poco bajo la manta y Michiko trataba de contenerlo, administrándole calmantes en el suero.

Pasaron 5 días sin que él despertara, Michiko ya estaba pensando seriamente en llevarlo al hospital hasta que lo vio despertarse de golpe, comenzando a removerse desesperadamente, como si aún luchara contra su atacante. Rápidamente Michiko fue a abrazarlo con fuerza contra su cuerpo, hablándole muy suavemente hasta que él logró ordenar un poco sus ideas y dejó de luchar, bajando los brazos.

"Tranquilo, amor, tranquilo... Ya todo pasó...".

Kaji, con la cabeza sobre el hombro de Michiko, apenas si logró sospechar quién era quien lo estaba abrazando

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON  La Acosadora Sexual (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora