Escape

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Cuando Kaji despertó al otro día ya era el atardecer. Suspiró cansado y molesto, estaba harto de todo eso, desilusionado de Michiko. Se había negado completamente a la sospecha de que ella era su violadora hasta que finalmente tuvo que admitirlo el día anterior, y eso le destrozó el corazón.

Ella había sido su diosa perfecta y peligrosa desde el día en que habían operado juntos por primera vez.

"Demonio...". Se encogió y comenzó a llorar amargamente, hasta que, de pronto, se dio cuenta que podría moverse mejor si cambiaba la posición de los brazos, así que, con mucho esfuerzo y cuidado, encogió lo mejor que pudo las piernas contra su pecho y logró pasar las manos esposadas desde atrás por debajo de los pies, pudiendo tenerlas al frente en vez de atrás de su espalda.

Ya más cómodo, se levantó lo más rápido que pudo pero con mucho cuidado de no caerse, se limpió las lágrimas con el dorso de las manos y fue hasta la cocina y comió y bebió todo lo que pudo apresuradamente, luego fue al cuarto de baño para higienizarse y luego se vistió apresuradamente con un par de pantalones y zapatos, se colocó como pudo el saco sobre sus hombros y fue hasta la puerta y la abrió con el código de seguridad.

Iba a escapar antes de que Michiko regresara de trabajar.

Jamás en su vida se había sentido tan libre y feliz cuando escuchó la puerta destrabarse, la abrió y salió al pasillo rumbo a las escaleras que bajaban hacia el estacionamiento subterráneo. No quería cruzarse con nadie en esas trazas, se había visto en el espejo del baño y se había notado terriblemente demacrado.

Con el corazón en la boca y los nervios de punta, logró llegar hasta su coche, un camaro azul convertible precioso, abrió la puerta y se metió adentro, no sabía cómo iba a manejar con las manos esposadas, pero eso no le importaba, lo único que le importaba era huir de allí antes de que Michiko llegara.

Iba a encender el motor cuando alguien abrió de repente la puerta del acompañante y se sentó a su lado, cerrando la puerta de un portazo.

"¡Daimon!". Gritó Kaji, y enseguida intentó escapar abriendo la puerta de su lado, pero ella lo tomó rápidamente del cabello y lo hizo sentarse de nuevo, cerrando la puerta con la otra mano. "¡No! ¡Suéltame! ¡Suéltame!". Gritó, retorciéndose, pero Michiko le hizo dar un buen golpe contra el volante del coche, lastimándole la frente y dejándolo completamente aturdido.

"¿Así que te las ingeniaste para poder escapar, eh? Es una pena que te hayas demorado tanto, te vi en el pasillo cuando bajaste por las escaleras, así que tomé el ascensor y aquí me tienes, te esperé hasta el último momento, idiota".

Kaji no sabía si reírse o llorar, hizo ambas cosas a la vez.

"... Maldita perra...". Murmuró adolorido, completamente vencido.

Michiko sonrió y le peinó suavemente el cabello con los dedos.

"Me encanta que sigas luchando aunque sepas que vas a salir perdiendo, siempre me gustó eso de ti, ¿sabes? No tienes idea de cómo me enciende querer dominarte, Kaji".

"... Vete al diablo... Estás enferma...". Apartó la cabeza de su mano, molesto.

"Tal vez si, tal vez no...". Bajó la mano hacia el saco y se lo bajó lentamente, dejando sus hombros desnudos mientras llevaba la otra mano hacia el pantalón y lo desabrochaba. "Dime, ¿qué pensabas hacer si huías? Sin dinero, esposado, casi desnudo... Tendrías que dar explicaciones...".

"Lo importante era alejarme de ti, idiota". Replicó, desafiante, comenzando a ponerse nervioso cuando Michiko comenzó a acariciar su cadera, su trasero y su muslo con la mano metida en el pantalón.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON  La Acosadora Sexual (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora