Carolina.

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7 de la mañana.

Carolina se despierta y mira por la ventana.

Piensa en muchas cosas....

En como era ella, como fue cambiando hasta convertirse en lo que es y en como será dentro de un tiempo.

De repente se acerca al espejo y analiza cada parte de ella.

Carol ¿Qué hiciste con tu vida?

Cambiaste tus sonrisas por lagrimas.

Tus "Querer es poder" por tus "Da igual lo mucho que luches por algo, si no tiene que pasar no pasará".

Te destruyeron, te destruiste.

Ya ni tú te reconoces, eres como otra persona.

Un poco más de todo lo malo, un poco menos de todo lo bueno.

Sigues delante del espejo y dices en voz alta:

¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué a mi?

De repente te giras.

Abres el cajón y sacas tu querida amiga la cuchilla.

Las lagrimas caen por tu cara y mientras susurras: Ya no más.

Un corte por cada par de lagrimas.

Intentas clavar más la cuchilla pero no tienes valor de perder la vida así.

Coges tu movil, te pones de pie y vas hacia el balcón de la parte trasera de tu casa.

Te sacas una foto sonriendo y la miras.

¿Por qué ni sonreir puedo ya? Soy una maldita inútil.

Llamas por teléfono a unas cuantas personas que te importan para decirles lo mucho que les quieres.

Cuelgas a tu mejor amiga que era la última a la que querias darle las gracias por todo y bueno, de todos modos en el fondo sabías que era la única que realmente te podría llegar a echar de menos.

O quizás no.

Te asomas más por el balcón.

Tampoco tienes valor para eso.

Puta inútil, no sirves para nada, ellos tienen razón.

Te dices una vez más.

Les creiste, ya no hay marcha atrás.

Le das una patada y unos puñetazos a la pared y mientras tus nudillos sangran tú vas muriendo lentamente.

Psicologicamente hablando, claro.

Aún no has hecho lo que realmente quieres.

Te sientas en el suelo desganada y entonces ves un bote de pastillas de tu madre.

Fin.

Ya está.

Ahora si que no hay marcha atrás.

Destapas el bote y las lagrimas vuelven a caer.

Haces una última llamada.

Necesitabas oír su voz una última vez.

Marcas su número y llamas.

+¿Sí? ¿Quien es?

-Hola, soy Carolina...

+Ah. ¿Y qué quieres?

-Borraste mi número... ¿Tan insignificante soy para ti?

+No... Bueno, sí.

-Vale...

+A ver, estoy ocupado. ¿Qué quieres?

*Carol se arma de valor y entonces...*

-A ti, eso es lo que quiero, a ti.

Quiero parte de tu puto tiempo.

Tener esa sonrisa cerca.

Que me digas cosas bonitas y yo poder decirtelas a ti.

Que me abraces y me beses y me digas que soy la única que te importa, aunque sea mentira. Aunque también te vayas como hacen todos. Pero te quiero, joder. ¿Sabes? Te quiero.

Con tus virtudes y eso a lo que seguramente llames defectos.

Aunque para mi no lo son porque aunque eres un gilipollas y seguramente no tengas ni idea de lo que quieres eres perfecto.

Eres lo mejor que hay en este puto mundo.

Te quiero... y no exagero si te digo que más que a mi vida.

+Buaah... Carol guapa, eres buena chavala y me caes genial y eso pero....

-No te gusto y te doy asco, dilo.

+No hombre, asco no me das pero...

-Adiós.

Carolina cuelga y escribe una nota, acto seguido se mete en la boca todas las pastillas del bote y las traga.

Su madre llegó a casa una hora más tarde y se encontró a su hija en el suelo muerta junto una nota.

"Mamá, sé que no me he portado bien últimamente ni contigo ni con papá pero ya no aguantaba más, necesitaba un escape de mi vida, era como una prisión. En el insituto me hacían la vida imposible, o me la hacía yo, ya no lo sé.

Cada día perdía a más gente y no podía hacer nada para evitarlo, no quería hacer daño a nadie más y ya no sabía como arreglar todo lo que en un pasado hice ni si quiera sabía lo que estaba haciendo ahora. Quiero que sepas que llevaba mucho tiempo así, años más bien, pero no os dije nada para no preocuparos. Nunca he estado agusto conmigo misma y nunca he conseguido encajar en ningún sitio. Abre el cajón y lanza lejos la cuchilla de mi habitación, que mi hermana nunca sepa de ella, por favor.

Ojalá nunca ella tenga que pasar lo mismo que yo.

Nadie debería de pasar todo esto, nadie.

Dile a papá que gracias por todos estos años, que el es mi verdadero ídolo.

Dile a Laura, que ella siempre fue una mejor amiga ejemplar, que no sé que habría hecho sin ella todo este tiempo, y dile a la familia que simplemente me fui en busca de una vida mejor, no les digas por qué lo he hecho.

Y a ti mamá, quiero decirte que aunque llevemos mucho tiempo mal, siempre he sabido que en el fondo solo querías lo mejor para mi, has sido una buena madre y me has tenido que aguantar muchas cosas.
Os quiero.

De todo, de nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora