Todos necesitamos días de tranquilidad, de aislamiento, de meditar, de "desaparecer", de "tranquilidad".
Días en los que no te apetece hablar con nadie porque las palabras sobran, porque no quieres leer ni oír tonterías y los demás tampoco van a entenderte si les sueltas las tuyas.
Y bueno, hoy es Valeria la que tiene ese sentimiento de ahogarse, de no querer ver a nadie ni a nada y esas ganas de que los milagros existan.
Hoy es Valeria la que se siente incomprendida, sola y cansada. La que se siente agobiada, estresada, y supongo que triste o simplemente resignada a lo que hay.
Y es que la verdad, acostumbrarse es otra forma de morir. Pero al fin y al cabo, nunca nadie se acostumbra del todo a nada, porque las cosas cambian en un abrir y cerrar de ojos y no siempre para bien.Quizás Valeria hubo un tiempo que voló muy alto, demasiado. Y se acostumbró a esa adrenalina que le causaba la felicidad. Pero lo bueno se acaba ¿No? Lo bueno es lo que menos dura, y como todo lo que sube, tuvo que bajar.
En un chasquido *Zas*, cayó precipitándose al vacío, su mente se quedó confusa y su corazón se rompió en mil pedazos. ¿Nunca habéis escuchado el ruido que hace el corazón al romperse? Dicen que en realidad no suena, pero que duele tanto que aunque pasen horas, días o meses.. No llegará a cicatrizar del todo, y con el tiempo, por muchas curas que se le hagan, ya no volverá a ser el mismo y se irá abriendo cada vez un poquito más.
Cuando la última herida creada por las grietas del corazón no cicatriza bien, Valeria hace entre uno y cinco cortes largos o unos cuantos pequeñitos. Los que hagan falta para sustituir el dolor emocional por el físico. Nunca se hace demasiados ya que estos tienen que taparse por su pulsera o por la manga larga de la sudadera o camiseta, si los lleva destapados porque se le olvida la pulsera y va en manga corta o algo se siente indefensa, trata de que no se los vean como sea y está a la defensiva, no puede demostrar que en realidad es débil, debe aparentar ser fuerte y que todo le da igual.
Y ante todo tiene una misión siempre en mente: "No llorar y fingir ser feliz" Y cuando no pueda mas y estalle, que la vea la menos gente posible y si puede que evite el tema hasta que lo olviden.
~Que quiere recuperar a esa niña que regalaba abrazos, que no era retazos de lo que esta sociedad nos ha querido vender. Esa niña con sonrisa ruiseña que soñaba con volar y jugaba a ser princesa~
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De todo, de nada.
ContoDistintas personas, distintas maneras de ver las cosas, mismo mundo, misma mierda. *Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia*