De todo, de nada.

Estrella.

Ella era más de invierno que de verano.
Era más de frío que de calor.
Ella era más de negro que de blanco.
Era más de luna que de sol.
Ella era más de colores oscuros que claros.
Era más de tranquilidad que de amor.

No era de las de la sonrisa bonita.
La tenía más bien normalita.
No era muy morenita.
Su piel era más bien pálida, blanquita.

No tenía un caracter admirable.
Más bien si no la conocías podría parecerte hasta desagradable o insoportable.
Dicen que con quien quería era amigable.
Pero era obvio, no a todas horas podía tener un caracter afable.

Dicen que tenía buen fondo.
Pero allí en su interior, tenía a sus demonios escondidos en lo más hondo.

No era de las que bailaba Reggaetón.
No bailaba, era más de cantar su canción.
Aquella que era capaz de hacerle la mejor representación.

Dicen, que se le reconocía bien.
A veces, y solo a veces, le gustaba vestir de color miel.
No de colores fluorescentes.
Tenía unas manías raras, pero no por eso tenían que ser incoherentes.
Cuando se reía, se tapaba la boca para que no se le viesen los dientes.
No se agobiaba cuando estaba sola, se agobiaba cuando se rodeaba de cierto número de gente.

No tenía los ojos color marrón avellano.
Tampoco color azul arándano.
Y claro está que tampoco eran rojos manzano.
Eran verdes, verdes oscuros. No se parecían en nada al océano.

En general no le gustaban las flores.
Excepto las rosas negras, esas le parecían las mejores.

No era de amaneceres.
Ella era más de anocheceres.

Cuando les preguntan pocos saben con exactitud que decir.
Sus intenciones nunca suelen dejarse ver venir.
Su mente es muy complicada.
A veces, hasta ella misma se asustaba.
Casi nadie la entendía.
Pero bueno, si lo hiciesen, a saber lo que pasaría...
¿Que quien es ella?
Estrella.

"The past is gone. It went by, like dusk to dawn, Isn't that the way. Everybody's got their dues in life to pay"