De todo, de nada.

Marilyn.

Un día te despiertas y lo único que quieres es comerte el mundo, te ves con fuerzas y ganas para conseguir todo aquello que te propongas y no piensas en rendirte ni un segundo.

El día va pasando y bueno... Podría irte mejor, ¿no? Pero aun así no pierdes los ánimos, sigues intentando luchar por eso a lo que llaman felicidad y piensas en si los demás saben lo que es eso o si simplemente hacen como tú, juegan a sobrevivir.

Y es que en realidad la vida no es más que un juego en el que a veces, aunque juegues bien, pierdes la partida.

Respiras hondo y dices: "Yo puedo con todo esto, soy fuerte". Sonríes y sigues andando, corriendo, saltando y volando si hace falta. Lo que sea por conseguir que tus propios miedos no te venzan. Pero es que quizás son mucho más fuertes que tú y no puedes con ellos.

Aún así sigues, hablando, riendo, sonriendo, riendo, hablando, sonriendo... ¿Por qué y para qué? ¿Hasta cuando? ¿Por qué no puedes hacerlo con total sinceridad? ¿Qué ha muerto en ti para que no puedas hacer todo aquello que hacias antes sin hacerte miles de preguntas ? ¿Qué ha pasado?

Siguen las horas, sigues con tu paripé....Pero de repente llega la noche.

Abres la ventana, bajas las persianas, cierras la puerta y te tumbas encima de la cama con el móvil para hablar con tus amistades y el aleatorio activado.

Primera canción, segunda canción, tercera canción... Ya no escuchas la música. De repente te entran ganas de llorar pero no puedes, igual es que aún sigues creyendo que eres fuerte y que podrás manejar la situación.

Animas a tus amigos, les dices miles de cosas para que estén bien, cosas como "Sabes que estoy para lo que necesites", "Boh, pues que le den, no te merece", "Esto en dos días ya ha pasado" , "Ya verás como todo mejora"  Y mientras vas pensando en quien está ahí ahora que lo necesitas tú, en si realmente alguien se merece tan poco como para merecerte a ti, el por qué de que tus problemas sean tan eternos y no se pasen en dos días, en el por qué de que la vida de todos mejore y la tuya no. Te preguntas que has hecho mal una y otra vez.

Y ya no puedes más y se te empiezan a escapar las lagrimas, y tus demonios salen a visitarte, y tú a todo esto pues estás en la misma maldita situación de todos los malditos días pensando en cuanto tiempo vas a aguantar toda esa mierda y te preguntas en por qué no tienes valor como para acabar con todo, ¿Por qué eres tan debil? y ¿Por qué eres tan estúpida? Y miras a tu alrededor y suspiras.
Siempre he pensado que los suspiros es una manera de eliminar el aire que nos asfixia.

¿Y sabes? No tienes valor como para hablar todo esto con nadie, ¿Qué les vas a decir? Mejor dicho, ¿Cómo les vas a decir que tienen una amiga que lleva mucho tiempo con pensamientos suicidas, que no lleva la pulsera de adorno, que la han querido llevar al psicólogo desde siempre porque creen que tiene comportamientos bipolares y otras muchas cosas? ¿Cómo les dices eso de una manera entendible a las personas a las que quieres sin que se piensen que les vacilas, que se alejen o que piensen que intentas llamar la atención? ¿Qué haces en estos casos en los que te asfixias lentamente y no puedes hacer nada porque tienes miedo a hundirte aún más?

Pues nada, termina de llorar y acuerdate de seguir sin hacer ruido que son las 6 y media de la mañana y ya tienes que irte a dormir o por lo menos hacer el paripé antes de que tu familia se despierte y se de cuenta de que su imperfecta hija no es feliz ni lo será.

–Interesante... -Dijo la psicóloga a la joven mientras tomaba notas y la tomaba por loca y exagerada como haría el resto.

~Siempre fui de frente y nunca fui valiente~

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Sé que hoy he publicado la entrada a una hora un tanto extraña pero da igual, ya sabeis lo impredecible que es vuestra escritora deprimidora, a si que con esta entrada me despido por hoy y os doy los Buenos días/
Buenas noches a todos. Una vez más, gracias por leerme. Y mucho ánimo si vuestra vida es como la de Marilyn o parecida.
Att: LadyHopeless13