De todo, de nada.

Mencía.

Pelo rosa como el algodón de azúcar.
Ojos negros como las rosas más bonitas.
Un gran vacío escondido tras su sonrisa.

Decidle que no llore, que nada ni nadie merece sus lagrimas.
Decidle que hay cosas que simplemente no merecen la pena sino que la dan.
Decidle que no tiene la culpa de que las cosas no le salgan como ella quiere.
Decidle que en esos días nublados ella es la que más brilla y ni la luna ni las estrellas son tan bonitas.
Decidle que esas marcas de su corazón no debería de representarlas en sus muñecas.
Decidle que puede con todo, que es mucho más fuerte que toda esa mierda.
Decidle que el tiempo todo lo cura.
Decidle que si está rota es porque ella no quiso coserse.

Que los actos duelen pero que las palabras destrozan.
Que dos se odian aunque uno no quiera, pero que dos nunca serán uno si solo uno quiere.
Que hay cosas que simplemente no pasan porque no tienen que pasar.
Que hay personas que aparecen en nuestra vida para hacerla un poquito mejor pero se marchan rompiendonos un poquito más y no se puede evitar.
Que su coraza puede ser anti gente, pero no anti ilusiones.
Que la vida es muy puta, y ella no se tiene que volver mala.
Que aunque le jodan las cosas, sonría y tire hacia adelante, que nunca se sabe quien se puede enamorar de su sonrisa.
Decidle que sí y decidle que no.
Decidle lo contrario a todo lo que ella piensa.

Y aunque le duela, aunque le entren unas ganas increibles de llorar o de romper cosas al ritmo de su música, aunque no sepa que hacer con su vida recordadle... Que hay historias que es mejor que terminen antes de que empiecen.