Ya habia pasado mucho tiempo, muchos años, y por fin Leonardo estaba agusto con su vida.
¿Que cómo era Leonor? La anciana más feliz que pudieseis haber visto nunca, por fin tenia aquello que queria, lo demás le daba igual, le sobraba.
Ambos iban paseando por el jardin del geriatrico y de repente se miraron a los ojos, Leonor sonrió timidamente, no podia quejarse, estaba demasiado emocionada. Parecía incluso que se le iban a caer las lagrimas en cualquier momento.
De repente él le dijo: Me gustan mucho tus tatuajes, igual es porque son tuyos, no lo sé.
Y Leonor... Le explicó:
La estrella de la parte inferior de la muñeca izqujerda es por varias cosas que me marcaron en mi adolescencia, cosas que nunca olvidaré por diversas razones, en parte porque me hicieron madurar del todo y porque bueno, fue una etapa confusa pero en parte feliz.
La rosa negra del tobillo me la hice porque aunque parezca que somos libres nunca lo seremos del todo, siempre estaremos atados de una manera o de otra.
Y la frase es porque aunque la vida no es facil, nunca debemos rendirnos.–Estuve a punto de rendirme muchas veces... -Dijo Leonardo.
–Yo también, pero si lo hubiese hecho no estaria aqui, junto a ti.
De repente sus ojos se volvieron a encontrar, los dedos de sus manos se entrelazaron y se fundieron en un dulce beso.
Ya no eran dos, ahora, eran solo uno.~De ti aprendí que juntos no nos para nadie~
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De todo, de nada.
Short StoryDistintas personas, distintas maneras de ver las cosas, mismo mundo, misma mierda. *Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia*