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"Been tryin' hard not to get into trouble, but I
I've got a war in my mind"▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
La tarde estaba por acabarse, justo como la valentía de Lulú.
Se había escabullido de su nuevo hogar, a esa dirección con un tramo de una hora entera de distancia, con planes que a ella le resultaban tan ajenos que no se lo creía, pero que esperaba hacerlos tan suyos como el pequeño bolso que sostiene y ha sido víctima de su nerviosismo, pues le ha hincado las uñas con tanto esmero que se le removió el material de cuero falso.
Hera se quedó dormida en pleno bosquejo de unos vestidos, entonces el bombillo en su cabeza se encendió y recordó la cita que tenía pactada con Helsen, se echó un baño, tomo lo primordial y pidió un taxi hasta allá. Le había costado un ojo de la cara y la retina del otro, pero no quería pedirles a los hombres de seguridad que la acercaran hasta allí, ellos comentan de todo al señor Ulrich.
En todo el trayecto se preguntaba que decirle. ‘¿Hola, vengo a que me muestre su miembro masculino?’ ‘¿Hola, vengo a que me bese como aquella noche bajo las estrellas?’ No sabía cómo enfrentarse a él después de ese arrebato que tuvo en París, porque ahora está en casa y la emoción del momento había menguado. No es que se arrepintiese, en lo absoluto, pero sí que las mejillas se le colorean con solo imaginarse delante de él, como en este instante que ha abierto la puerta de su apartamento, vestido con short deportivo, camisa sin mangas, zapatillas y una toalla pequeña sobre el hombro.
Un vistazo a su cabello húmedo pegado a la frente y cara que estalla de la sangre acumulada, le dice que ha estado ejercitándose.
Lulú traga saliva rígida en el pórtico. De pronto, el pálpito de su corazón ha perdido el ritmo raudo, tornándose tan agresivo que le ha enmudecido unos segundos. Helsen piensa dar el primer paso, despliega los labios pero Lulú se adelanta.
—¿Le interrumpo?
Niega con la cabeza. Le ha tomado por sorpresa recibir el llamado del seguridad, preguntándole si puede permitirle el paso a la muchacha. Dudó que fuese Lulú, se esperaba a cualquier otra, cosa que le extrañó, porque nunca las llevaba a su casa.
—No, recién termino de hacer ejercicio—menciona, abriendo la puerta por completo—. Me has tomado por sorpresa.
Una buena sorpresa.
Lulú sintió un tirón desagradable en el pecho, ¿cómo le ha tomado por sorpresa, si pactaron verse ese día a esa hora, hace una semana? Para ella era claro que esto no le causaba la misma ilusión que a ella, que había estado comiéndose las uñas desde que recibió su mensaje. Quería llorar, y no entendía bien porque.
—Quedamos en vernos hoy—le dice en un susurro dolido, fijando la vista en sus manos.
Helsen advierte la mueca disconforme de Lulú, entiende que ha puesto el error sobre él.
—Quedamos en vernos mañana—le corrige, encajándose los dientes en el labio para no sonreír. Le placía enormemente que quisiese verlo al punto de saltarse un día.
Ella sacude la cabeza. Saca el celular de la cartera y busca el chat que compartían, nadie le diría lo contrario cuando existían pruebas que le dieran la razón.
—No, aquí decía…—sus ojos se encuentran con la fecha, y en efecto, se había adelantado—, oh, es cierto.
No quería levantar la mirada, la vergüenza había sobre pasado sus límites. A sus ojos debe verse como una desesperada, una chiquilla que desea experimentar lo que la sociedad tacha de impuro. Las ansias de llorar le quemaban la garganta, podría darse la vuelta y volver a casa conservando un poco de dignidad, pero ni eso podía hacer, porque se ha quedado congelada frente a él.
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Una Mariposa Para Lulú |Spin-off|
Romance《NO LEER SI NO VAS AL DÍA CON THE RIGHT WAY》 Lulú tiene 20 años. Helsen 32. Lulú ha tenido una vida dolorosa. Helsen, no tanto. Lulú no tiene experiencia en el ámbito sexual. Helsen, tiene para su vida y unas cuántas generaciones más. Lulú ha derroc...