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"This is what makes us girls
We all stick together ‘cause we put love first
Don’t cry about him, don’t cry about him
It’s all gonna happen"
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El viernes se presentó a las prisas y Lulú lo recibió con esa misma exacta cara de ejercicio matemático irresuelto: no sabe qué resultado obtendría hasta culminar el procedimiento.
Ahí estaba, en su habitación de paredes lilas y blanca, acordonada por tumultos de prendas y zapatos, emocionada por expandirse, aterrada por lo mismo.
Pasó los días analizando la situación, y a ella misma, indagando en su interior. Incluso extrajo de lo alto del vestier esa caja repleta de diarios suyos, buscando ese específico en el que permitió desatar esa prueba de coraje que Carl Jung nombró La Sombra, esa parte oscura de ella, lo opuesto a sus cientos de cualidades, que le permitieron conocerse a fondo, tan profundo, que se reconoce como una mujer que aún con la familia que la acogió, el amor, respeto y valor que no le ofrecen, le entregan por mérito propio, se prefiere sola, porque le abruma.
Lulú creyó que se conocía de pies a cabeza, su paciencia, su entrega, sus malas caras, sus ganas de encerrarse y olvidarse del resto del mundo una vez al día, su extraño gusto por la sangre y su recién descubierta manía de alcanzar un orgasmo antes de dormir, porque le funciona para contrarrestar el insomnio crónico.
Pero mirarse titubeante delante de un espejo a medio a arreglar para ir a encontrarse con un hombre desconocido, le dio una bofetada de realidad. Aún no se explora en su totalidad.
Todos esos diarios escritos a puño y letra, pensamientos de madrugadas, sesiones de intromisión propia y divagaciones, han quedado colgados en el momento que no piensa en acostarse con nadie más que con Helsen.
Ha reducido el clamor de su piel… a Helsen. Se ha habituado a Helsen, un hecho para perder la sanidad mental, pues ni siquiera le ha sentido en su interior.
Inspira y escupe el aire liberando tensiones a medias, porque no desaparecen.
Se echa un vistazo en el espejo de cuerpo entero el triple de su tamaño, aquel pedazo de tela borgoña se le ajusta a las curvas como si se lo hubiesen cocido encima. Le gusta, es cómodo y el color ilumina su piel, pero el escote recto realza en exceso sus pechos, un problema con el que lidia siempre, esa noche lo sentía como un inconveniente.
—No quiero que resalten tanto, ¿saben? Quiero verme cubierta—expone al trío de amigas dispersas por la habitación.
Troy, palmeando con suavidad la espalda de Jäger que acaba de comer, le mira como si de repente le creció un cuerno entre las cejas.
—Bebé, vas a una cita con un hombre atractivo, ¿y quieres esconder tus atributos?
¿Sí? Le respondió en telepáticamente.
Da media vuelta, trata de bajar la falda del vestido, pero se da cuenta que si lo estira, los senos podrían escaparse.
—Es que no quiero dar la idea equivocada—masculla, encontrando el equilibrio entre el largo y el escote.
—¿Y para qué vas?—cuestiona Troy—. ¿Para qué aceptaste la cita? ¿Qué te ves haciendo con ese hombre?
—Nos has contado que fue directo al grano, más que eso—añade Sol.
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Una Mariposa Para Lulú |Spin-off|
Romance《NO LEER SI NO VAS AL DÍA CON THE RIGHT WAY》 Lulú tiene 20 años. Helsen 32. Lulú ha tenido una vida dolorosa. Helsen, no tanto. Lulú no tiene experiencia en el ámbito sexual. Helsen, tiene para su vida y unas cuántas generaciones más. Lulú ha derroc...