32| ¿Culpable o Inocente?

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Dulce

Lunes 24 de mayo, 2.00 am

— ¿De Jimena? —volví a preguntar esperando haber escuchado mal segundos antes.

Yelena aclaró su garganta y repitió.

—La habitación de Jimena se prendió fuego con ella dentro, las demás lograron reaccionar antes, sacaron a Jimena que estaba inconsciente por el humo que ya había ocupado cada rincón de su cuarto pero aún están buscando a la causante, encontraron el indicio, el fuego comenzó por la mecha de un pequeño petardo.

—Dios mío...—agarré mi cabeza con frustración — ¿Cómo esta ella?

—Se la acaban de llevar...

Abrí los ojos de golpe.

— ¿Se la llevaron fuera?

—Sí, no reaccionaba según los paramédicos así que decidieron trasladarla a un hospital, por el humo que inhalo, no sabemos si sobreviva.

No, no, no.

Voltee a ver a Ellie.

Parecía no interesarle lo que sucedía, hasta que sus ojos cayeron en los míos.

La agarré del brazo y nos alejamos un poco.

— ¿Fuiste tú?

—La pregunta ofende —trató de bromear.

—Mierda, Ellie ¿Sabes que puede morir? ¿Por qué lo hiciste?

Ella se deshizo de mi agarre molesta.

— ¿Cómo sabes que fui yo y no otra persona?

—Dijiste que la matarías, te oí —susurré para que nadie a nuestro alrededor escuchara.

—Aunque quisiera, siempre se me adelantan —murmuró más para sí misma.

— ¿Qué demonios te sucede? —Le grité sosteniendo sus hombros —Es una maldita vida, no puedes simplemente lastimarla.

—Que no fui yo —gritó.

—Tú lo hiciste, te oí —solté irritada.

Todo el plan se estaba jodiendo y todo por la culpa de Ellie.

Ella me vio dolida pero su rostro no duró mucho en ese estado ya que terminó embozando una sonrisa.

—Es que de verdad piensas que soy un monstruo ¿Verdad? —Rio —No fui yo y si te cuesta creerlo me importa una mierda.

—Tú debiste...

—Debí pero no lo hice —gritó dolida —Seguí el plan porque no lo quería joder pero tú ya no crees en mí y yo ya no confió en ti.

Me quedé muda.

¿Ella había confiado en mí? Claro que lo había hecho y yo en vez de apoyarla, la estaba culpando.

Mierda, ella tenía razón, aunque seguro tenía ganas de hacerlo había una posibilidad de que no lo hiciera, había mucha envidia en este sector, hay muchas chicas que apuesto, odiaban a Jimena, Ellie no podía ser la culpable, debía confiar en ella.

—Ellie... —la llamé pero ella se metió entre la multitud, ignorándome por completo.

Carajo.

La gente a mí alrededor comenzó a murmurar, decidí ignorarlas y me acerque a esperar que sucedería con nosotras. Después de pasar diez minutos paradas en el pasillo, dos encargadas se acercaron y con ellas, otros cuatro guardias, dos iban caminando solos y los otros dos, tenían del brazo a alguien.

Prohibido Amar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora