04| El "Accidente"

2K 233 98
                                    

Dulce

Habían pasado tres días desde aquella aparición de Damon y no, aun no me había metido al departamento de policía central como una espía profesional, no era tan fácil como sonaba, no era solo colarse en una ventana y lo sabía muy bien.

—La verdad no entiendo cómo me convenció de hacer esto, jefa —la queja de Lucas hizo que sonriera.

Necesitaba una persona que me ayudara a infiltrarme, además a Lucas le gustaba lo extremo, el chico aparte de narcisista era todo un aventurero.

—Solo te dije que me acompañaras y aceptaste —me encogí de hombros mientras susurraba.

—Pero no especificaste que iríamos a robarle a policías.

—Pequeños detalles. — traté de quitarle importancia.

—Lo contrario a pequeños serán los problemas que tendremos si nos descubren.

—Exactamente— asentí positiva —Tendremos problemas solo si nos descubren.

Ahora estábamos frente al gran edificio de policías, por lo que había investigado. Por las noches solo quedaban dos policías, todos los demás salían a las diez de la noche y eso ocurriría justo ahora.

Una alarma sonó en todo el edificio y a los segundos vimos salir a muchos policías por no decir todos, nosotros nos escondíamos detrás de unos arbustos así que aprovechando la oscuridad corrimos hacia la parte trasera del departamento, donde un día antes había robado la llave del conserje, buen hombre pero muy despistado.

Además, entrar como futura abogada con la necesidad de pedir documentos para un juicio había resultado agotador pero al final obtuve lo que quería, la llave.

Prácticamente estábamos en las oficinas traseras y habían dos guardias en la parte delantera donde no se movían para nada durante toda la noche, incluso se quedaban hasta dormidos en medio de sus rondas.

Al llegar a la puerta trasera, efectivamente esta se encontraba con seguro así que saque la llave de mi bota y la introduje, no se demoró en ceder y abrir la puerta.

Lucas a mi costado solo me vio con impresión.

— ¿Cómo conseguiste la llave?

— Digamos que no solo soy una cara bonita.

— ¿Y dónde está?

— ¿El qué?

—La cara bonita.

Y su respuesta fue suficiente para meterle un zape leve en la cabeza.

— Dios ¿Cuándo creció tu narcicismo?

Se quejó, mientras se sobaba la cabecita.

—Creo que juntarme contigo me vuelve así...—sonreí para mí misma, empezaba a sentirme segura.

—Pues de nada...

— ¿De nada?

—Por darte confianza, creo...—se encogió de hombros —Sabes, ahora que lo pienso ya no quiero entrar.

—Lucas, ya estamos dentro —dije obvia mientras cerraba la puerta con suavidad.

Él abrió los ojos al caer en cuenta que lo estaba.

—No quiero ir a la cárcel —hizo un puchero gracioso —Vas a manchar mi reputación.

—Bueno, ya, si nos descubren échame la culpa de todo —traté de tranquilizarlo.

El alzó una ceja curioso.

— ¿Dejarías que te culpara?

—Claro, después de todo yo te arrastré hasta aquí.

Prohibido Amar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora