58| Un ladrón

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Dulce

Miércoles 1 de Septiembre, 7:00pm

Me levanté con un fuerte dolor de cabeza.

Parpadee un par de veces para ubicarme, sentí a mi lado algo muy cálido así que voltee, encontrándome con la escena más linda.

Damián estaba a mi lado y yo estaba acurrucada en su pecho, me resultó un poco confuso verlo con polo manga larga, recuerdo haberlo visto con un polo en la noche. Creo que se cambió, dejando eso de lado, sonreí como tonta.

Hoy había sido la primera vez que habíamos dormidos juntos, lo que es juntos.

Traté de alejarme un poco para salir de la cama pero Damián pasó su mano por mi estómago, pegándome aún más a su cuerpo.

—Damián...—susurré.

Él se removió un poco pero no dijo nada.

Sin duda, despertarse y ver su lindo rostro, era la mejor forma de levantarse.

Sonreí como tonta por los siguientes minutos, tratando de grabarme todos sus gestos aun dormido.

¿Qué demonios me había hecho Damián? ¿Brujería? ¿Un amarre? Quizá.

—Basta, dulce, me desnudas con la mirada...—soltó sorprendiéndome mientras apartaba la vista.

En su rostro se formó una pequeña sonrisa aun así no abrió los ojos.

—Estabas despierto.

—Lo estaba.

— ¿Desde qué hora?

—Digamos que desde antes que te levantaras.

—Acosador —lo acusé con una sonrisa en mi rostro.

—Pues mira quien lo dice, la chica que lleva más de diez minutos mirándome.

Él estaba despierto, demonios, Damián era tan bueno para disimular.

—Bueno, es hora de levantarnos y...

Damián al ver que comenzaba a alejarme, sujetó de mi cintura acercándose él a mi pecho para recostarse, dejándome más que nerviosa.

—Quedémonos así por un momento más —pidió.

—Damián.

— ¿No recuerdas nada de lo que pasó anoche? —peguntó como bebe, aferrándose a mí.

Lo miré confundida ¿Qué pasó anoche?

— ¿Anoche? ¿Sucedió algo?

Vi como abrió los ojos pero los volvió a cerrar y en su rostro se formó una sonrisa de lado.

—Nada —suspiró —Solo trataste de seducirme.

— ¿Yo? —Grité asombrada — ¿Seducirte?

—Pues claro, dijiste que morías por ser mi novia ¿Es esa una señal? ¿Debo comprar un anillo de compromiso?

Reí mientras él sonreía en mi pecho.

— ¿Compromiso? ¿Cuál compromiso?

— ¿Tampoco recuerdas eso?

— ¿Recordar que?

—Me propusiste matrimonio, dulce.

— ¡¿Qué?! —Grité sin poder creérmelo —Yo no...

—Solo bromeo —dijo haciéndome sentir aliviada —Aunque no sería mala idea pedirte matrimonio dormida, sé que aceptaras.

—Porque no pensaría bien las cosas —bufé —En la noche no se puede pensar con claridad.

Prohibido Amar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora