El palacio de las cuatro estaciones [Hiccup & Jack]

El palacio de las cuatro estaciones

Historia 100% de mi autoría
Prohibida su copia y/o adaptación

—— PAREJA PROTAGÓNICA ——
Hiccup Haddock • Jack Frost

"Las faltas de ortografía se corregirán cuando la historia esté concluída"

Hace muchos años existía un lugar donde el pueblo parecía fascinado ante la belleza de las flores y la exótica decoración del palacio, además de los extraños y curiosos seres que habitaban en el lugar. Los pueblerinos decidieron llamar el lugar como el valle de la luna creciente, ya que se creía que fueron mandados por el astro encargados de proteger el pueblo.

Y no se equivocaron, pues después de la llegada de estos seres, el pueblo abundó en riquezas, venerando el palacio llevando ofrendas cada año, con el tiempo el palacio también fue nombrado. En el inicio de cada estación, un ser diferente salía al pueblo y disfrutaba de la calidez humana.

Primavera. Fue la primera vez que alguien había salido del palacio, parecía ser un hombre ordinario, pero al estar más cerca, los humanos podían notar como poseía unas grandes orejas tal cual conejo, su altura y gran complexión lo catalogaba como un ser imponente sumado a la capa que vestía sobre los hombros.

En un primer momento su expresión parecía atemorizar a cualquier humano que se le cruzaba, hasta que de manera inesperada un dulce niño se acerca a el extraño ser y se aferra a su pierna sonriendo. Todos los habitantes del pueblo quedaron helados esperando la peor de las desgracias, pero en su lugar este toma al niño entre sus brazos y lanza una esfera de colores donde un polvo se esparce en el aire y hace aparecer cientos de estatuas de piedra.

Verano. Cuando el sol estaba en su punto más alto, parecía como si un ángel hubiera salido del palacio y se elevara en el cielo alzando sus brazos llena de emoción, al acercarse a los humanos estos podían ver a una bella mujer con alas, y eso no era lo único que llegó a impresionarlos, poseía una diadema de oro con diamantes y esmeraldas incrustadas, su vestido era como el de una princesa, con plumas que brillaban con la luz y resplandecían dejando a todos perplejos.

Todo el pueblo se sumergió ante todas las mariposas y libélulas que el hermoso ser liberó.

Otoño. El viento provocaba que las hojas cayeran de los árboles, hasta que una ola de estas hizo que un nuevo ser saliera del palacio en esta estación, parecía un adolescente de cabellera rubia y una piel tan blanca, una grande túnica dorada y un pañuelo café alrededor de su cuello. Hasta ahora no parecía algo extraordinario, hasta que en sus manos salieron polvos dorados creando figuras, animales y cualquier cosa que sus mentes pudieran imaginar, cautivando a todos los humanos en especial porque fue el primero en haber salido por la noche.

Invierno. El frío mantenía a todos dentro de sus casas, pero para los niños no fue un obstáculo estar entre la nieve casi congelando sus pies, pues la espera valió la pena en el momento que un nuevo ser salió del palacio. A comparación de los demás, este era enorme y al hablar su voz podía causar pesadillas a los más pequeños. Sin embargo, ningún sentimiento de terror se hizo presente, ya que el ser llevó consigo pequeños duendes con trajes graciosos y coloridos, además de un poco de música con trompetas y tambores.

Y durante todos los años fue así, en cada estación el ser extraordinario aparecía, jugaba y aprendía de los humanos, la paz y la armonía prevaleció en el pueblo, es por ello que aquel hermoso lugar fue nombrado como el palacio de las cuatro estaciones. Generación tras generación podía disfrutar de las riquezas del pueblo, además de venerar el palacio, llevar ofrendas y crear festivales junto a los seres extraordinarios.

Pero un día... los pueblerinos descubrieron que faltaba uno más por salir. Durante un eclipse lunar un grito desgarrador se escuchó por todo el pueblo, obligando a los habitantes a salir en estado de alerta. Al mirar el cielo notaron como la luna se tornó en un color casi rojo dando la impresión que aquel astro estaba cubierto de sangre, atemorizados corrieron en busca de la ayuda de los seres extraordinarios, pero al tocar la puerta una especie de niebla apareció en el palacio de las cuatro estaciones siendo casi imposible ver con claridad a la distancia.

Entre la niebla apareció, un hombre peliblanco, alto y muy pálido. Su vestimenta era casi idéntica a la de un rey, llevando consigo un bastón alargado arqueado en uno de sus extremos. Y detrás de él se encontraban los cuatro seres extraordinarios. Uno de los pueblerinos intentó acercarse a ellos pidiendo ayuda, pero el chico de piel blanca extiende su bastón hacia el humano desprendiendo destellos blancos provocando que se desmayara.

Todas las personas del pueblo corrieron atemorizados, mientras el chico hace una señal con su mano, los cuatro seres extraordinarios se elevan del suelo y en menos de un segundo todo el pueblo cae en un profundo sueño.

Al despertar, se encontraba una enorme murralla entre el campo de flores de loto y el valle de luna creciente. El pueblo años después terminó desboronándose y nadie más volvió a salir del palacio de las cuatro estaciones...