25 "Ir sin miedo"

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Kenma:

Sigo sin poder dar crédito a lo que estamos a punto de vivir, y todo por la pequeña posibilidad de una vacuna que podría salvarnos. Sueno egoísta, lo sé, pero estarían igual de asustados en mi lugar si tuvieran que ser la presa de una bestia desconocida.
Chris no volvió conmigo luego de irse con la persona que tocó la puerta, rápidamente terminé por aburrirme de estar allí. Mi tiempo a solas no duró mucho cuando fui llamado por Johnny, junto a muchos otros soldados y amigos para ser informados de aquella expedición. No miento cuando les digo que todos estaban espantados.

– Kozume, necesito hablar contigo. – Demandó Johnny cuando nos estábamos retirando de su oficina, por lo que regresé a mi lugar, de pie en medio de la habitación. –

– No me vas a convencer de quedarme, si eso es lo que planeas hacer.

– Tranquilo, no es eso.

Rodeó su escritorio hasta frenarse frente a mí, con ambas manos en sus bolsillos. De uno de ellos sacó su mano cerrada en un puño, dándome a entender que algo tenía dentro.
En efecto, había dos alianzas de compromiso, que por un momento me hicieron temblar cual fideo. ¿No es DEMASIADO pronto para esto? Ni siquiera planeaba casarme cuando el apocalipsis no existía.

– Dios, deberías verte ahora mismo. – Susurró Johnny entre risas mientras tomaba mi mano izquierda y colocaba allí los anillos, tal como si fuera una propuesta. – Eran de tus padres.

– Pero... ¿Cómo es que tú los tienes?

– Tu padre planeaba pedirle matrimonio por fin a tu madre, tal vez dos meses antes del apocalipsis. Me pidió guardarlos hasta que ellos pudieran ir hasta mi restaurante y realizar allí la propuesta. Como ves, ya no sucederá.

– ¿No deberías conservarlos en caso de verlos? No decidas así de fácil que sus vidas terminaron. – Sí, podría parecer un niño, pero me aferro a la idea de que ellos son fuertes y sobrevivieron esta mierda. –

– Lo correcto es que tú los tengas. Si se da el momento, puedes entregarlos.

– Se dará. – Afirmé totalmente seguro. –

– Está bien, se dará. – Respondió rendido, dejando un corto beso en mi frente. Hizo el intento de agacharse más, siendo específico, a mis labios, pero frenó. – Hasta entonces, no los pierdas. Te recomiendo llevarlos como dijes de collar.

Asentí torpemente y retrocedí hasta dar con la puerta, la cual atravesé sin atreverme a mirarlo una última vez.
Sólo al estar del otro lado pude respirar tranquilamente mientras caminaba en los largos pasillos del edificio. ¿Por qué siento mi corazón tan dividido justo ahora? No debería sentirme de esta manera, es horrible. Siento un gran pesar, como si tuviera que tomar una decisión de vida o muerte.
Continué caminando hasta llegar a la enfermería, donde aún reposaban algunos soldados del último ataque. Caminé hasta una de las últimas camillas y corrí suavemente la cortina que lo aislaba, encontrándome con el pacífico rostro de Jisung dormido.
Él no merecía pasar por esto, ni ningún otro, claro está.
Acerqué un poco más la silla hacia la camilla para tomar la mano de mi amigo, notando que ya estaba recuperando el calor de su cuerpo. Días atrás era un hielo completo.
Parece que el movimiento a su lado interrumpió la siesta, pero ni bien notó quién fue el causante de su despertar, sonrió a medias, dando un leve apretón a mi mano.

– ¿Una última visita antes de irte?

– Te habría visitado de todos modos, lo sabes. ¿O acaso no fui yo el que vino todos los días desde que estás aquí?

– Así es, viniste. – Notando que su voz estaba un poco apagada decidí acercar el vaso con agua y ayudarle a dar cortos sorbos. Al terminar no me aparté, permanecí allí para dar suaves caricias a su cabello. – Podría acostumbrarme a estar aquí si eso significa recibir más de tus cuidados.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2021 ⏰

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