Grupo Apocalíptico↣(Stray Kids x Male Reader)

2 "No estoy tan solo"

(11:03 AM)

Con algo de dificultad comencé a despegar mis párpados, permitiéndome ver mi alrededor. Obviamente no era mi habitación, y esta cama era un tanto más grande que la mía. El sitio estaba decorado de una manera común, con un lindo color en las paredes, una computadora, libros y un armario bastante ordenado.

- Dios, ¿Qué me pasó...? - Estaba muy extrañado por todo, pero pude recordar la razón por la que caí dormido en primer lugar: me habían atacado. Al caer en cuenta de lo que había pasado, no dudé en tomar la lámpara que estaba sobre la mesita de noche. Quisiera saber dónde están mis cosas, pero eso ya lo averiguaré después.

Salí despacio de aquella habitación y caminé de puntas por el corto pasillo hasta dar con la sala y cocina. No había nadie alrededor y eso me perturba de cierto modo.

Apenas si pude reaccionar cuando algo me tomó desde atrás por la cintura y me elevó en el aire unos segundos, cubriendo al mismo tiempo mi boca. Por su mano pude darme cuenta de que era un hombre, pero eso no me apartó de mi prioridad en ese momento. Mi primera reacción fue el sacudirme con fuerza para librarme de eso hasta finalmente quedar en el piso. No tardé en voltear hacia él y prepararme para dar el primer golpe con la lámpara, pero él fue más rápido que yo y la tomó, lanzando el objeto al sofá para tomarme por las piernas, un brazo y así colocarme sobre su hombro.

- ¡Maldito imbécil, te conviene bajarme ahora antes de que haga un escándalo y llame a todos los podridos del piso! - Grité susurrando sin dejar de golpear la espalda del desconocido. Por desgracia, no pude recurrir a las patadas porque me tenía muy sujeto de las piernas. Sin más que hacer, solo me dejé llevar.

Nuevamente nos encontramos en la habitación, conmigo sobre la cama y mirando todo con cierta desconfianza. Aquel hombre aún no se volteaba y me incomodaba demasiado. Si planeaba tenerme aquí, por lo menos debía ver su rostro.

Parece que mis plegarias fueron escuchadas, ya que ni bien lo pensé, volteó su rostro hacia mi con una sonrisa ladina. Este acto me confundió un poco.

- ¿Sabes? Esperaba al menos un gracias por permitir que te quedes en mi humilde hogar, dadas las circunstancias de afuera.

- ¿Y se supone que golpearme la cabeza es un modo de bienvenida? No me imagino los golpes que tenían tus amigos. - Creo que algo hice bien, pues logré sacarle un par de risas con mi tonto comentario. Lo admito, tiene una linda risa. -

- Soy Christopher, pero puedes decirme Chan.

- Kenma, solo dime Ken. - Muy bien, no es mal inicio. - ¿Qué hiciste con mis cosas?

- Todas están guardadas, no estaba seguro de confiar del todo en ti hasta que revisé todas tus cosas. No me pareces una amenaza por el momento. - Luego de decir aquello no tardó en acercarse al armario y estirarse a la repisa más alta para sacar mis cosas, dejando todo en la cama. - Aunque, si somos sinceros, planear atacarme con una lámpara si me sorprendió.

En ese momento me sentí algo apenado, pues el chico no se veía mala persona y había decidido confiar en mi.

- Lo siento, fue una reacción acorde a la situación si me preguntas. Desperté luego de un gran golpe en una habitación diferente y con un desconocido.

- Ya nos presentamos, no somos desconocidos.

Sí. En un momento como este, en el que gente casi muerta camina por la ciudad, miles mueren a cada momento, incluyendo a nosotros en algún futuro, pude reír.

(05:26 PM)

Luego de unas cuantas preguntas triviales para entrar en confianza, ambos comimos unas cuantas galletas y bebimos entre los dos una botella de jugo. Esto podría pasar por una tarde de amigos si no fuera porque debemos cuidar nuestros recursos para evitar salir del departamento en busca de más comida.