En todo el viaje mantuvimos silencio absoluto, siendo solo el ruido del motor nuestra compañía. Está de más decir que también nos acompañaban los gruñidos de algunos infectados en el camino que siempre intentaban alcanzarnos. Lo increíble es que perdían el interés en nosotros al alejarnos un poco.
– Vieron lo mismo, ¿Verdad? – Seungmin aún no apartaba la vista de aquellos infectados que íbamos dejando atrás, volteando luego hacia Jeongin y a mi para buscar respuestas. – ¿Será que son conscientes de cierto modo? Saben que no podrían alcanzarnos en vehículo.
– Tal vez fue una coincidencia. Quizás vieron otro cuerpo, lo que sea, y eso les llamó su atención. – A pesar de que la respuesta de Jeongin era confiable, Seungmin y yo aún teníamos nuestras dudas. De todos modos decidimos dejarlo atrás cuando el auto frenó por fin en frente del dichoso almacén. –
El primero en voltearse a nosotros fue Minho. El miedo estaba presente dentro del auto. Chan ni siquiera se molestó en voltear, se mantenía firme en su lugar.
– Chan y yo iremos al frente, quiero que ustedes vigilen nuestras espaldas y alrededores, también a Ken. – Fue imposible no mostrar mi molestia cuando me nombró de esa manera, como si fuera capaz de arruinar todo. – Lo digo por tu bien y el nuestro, no quiero que todos quedemos atrás.
– Sí, ya entendí. – Aunque me viera sumamente molesto, los dos chicos a mi lado soltaron algunas risas que solo lograron molestarme más. –
– Bien, saldremos primero. Ayuden a Ken. – Sin perder tiempo, ambos chicos bajaron con sus respectivas armas, seguidos de nosotros con tan solo un par de cuchillos. –
– Ven aquí. – Mientras Jeongin iba más atento que nosotros, Seungmin se hizo cargo de pasar uno de mis brazos por sus hombros y ayudarme a caminar, claro, sin dejar de lado su cuchillo ante cualquier peligro. –
Íbamos todos a paso seguro sin apartar la vista de cualquier sitio a nuestro alrededor. Era difícil no sentirse vigilado y con el miedo de que alguien o algo saliera y nos ataque.
– Chan, quédate al lado de la puerta y encárgate de quitarle el seguro. Yo abriré y estarás atento por si algo sale y me ataca. Los demás atrás.
El primer nombrado no tardó en tomar su posición, quitando antes el seguro de la puerta.
Grande fue la sorpresa cuando notamos que ésta ya estaba abierta.
Todos nos miramos con temor al darnos cuenta del detalle, y nos pusimos más alerta todavía.Hubo silencio por casi diez segundos antes de que sintiera las quejas de Jeongin al estar atrapado bajo el brazo de un encapuchado. Intenté advertirle a los demás, pero estos ya estaban a punto de ser atrapados por los otros tres chicos.
No sé bien qué poder me llenó, pero corrí sin parar hacia el chico que iba en dirección a Chan (por el arma que llevaba lista para dispararle) y me subí a su espalda, estirando de inmediato su brazo hacia atrás y arrojando su arma lejos. Claro que al ser sorprendido de esa manera terminó soltando un disparo que acabó en el marco de la puerta.
Con todas sus fuerzas intentaba tirarme, pero solo lograba que me aferre más a su cuerpo mientras los demás forcejeaban con el resto de los atacantes.
– ¡Maldición, niño! ¡Déjame ir de una buena vez! – Seguido de eso pude ver en cámara lenta cómo me volteaba y arrojaba al suelo con todas sus fuerzas, dejándome sin aire aquel impacto que tuve. Se veía decidido a terminar conmigo mientras me veía desde arriba, pero algo lo atacó por su costado y lo empujó lejos de mi. –
Chan logró rodar pocos metros lejos de ellos con el chico entre sus brazos, quedando por desgracia bajo él.
No dudó en colocar sus manos alrededor del cuello de nuestro amigo y comenzar a quitarle todo el aire, lo cual, no duró mucho. Sin previo aviso detuvo todo y se alejó de su cuerpo, mirándolo asustado y sorprendido a la vez.Esto nos dejó a todos sin habla, ninguno se atrevió a moverse de su lugar, ni siquiera los chicos que seguían siendo retenidos. En estos momentos apenas me importaba que mi pierna estuviera sangrando de nuevo.
Espera, ¿De nuevo?
Poco a poco mi vista se hacía más borrosa y mi cabeza daba las mil vueltas como carrusel. Miré una última vez a Chan que se levantaba del suelo, dispuesto a caminar hacia el atacante principal, pero se detuvo ni bien me notó en el suelo.
– ¡Kenma!
Pude presenciar en cámara lenta como retomaba su camino hacia mi antes de que mis ojos se cerraran por completo y quedara inconsciente, tal como el primer día. Esto se puede volver costumbre.
(12:39 PM)
Poco a poco sentí la molestia de la luz frente a mis ojos cerrados, lo que causó que poco a poco los abriera mientras intentaba taparme con la mano para evitar cegarme.
¿Lo primero que veo frente a mi? Un rostro totalmente desconocido que me hizo reaccionar de inmediato y retroceder.Mala idea, porque fuera donde fuera el lugar en el que estaba recostada no era muy grande, por lo que terminé en el suelo y sujetando mi pierna herida. Dios, de verdad quería llorar.
– ¿No te dijeron que hay que descansar cuando estamos heridos? – Aquel desconocido se ofreció a levantarme, pero nuevamente retrocedí. Pude notar algo de tristeza en sus ojos, pero solo se limitó a mostrarme un intento de sonrisa. – Creo que mejor llamo a los demás. – Sin decir más se alejó de mi hasta salir del pequeño cuarto. –
Ahora que lo noto, no era nada más que una oficina con un incómodo sofá. En esto estuve dormido todo este tiempo entonces.
Mi vista bajó hacia las múltiples vendas que cubrían mi pierna e hice una mueca de dolor al recordar por qué las tengo.– Si ese maldito se salía con la suya, no me lo iba a perdonar.
– Y fuiste todo un luchador.
Me volteé como pude hasta ver la puerta, allí se encontraban Chan y otro chico desconocido. Parece que se agrandó la familia mientras "dormía".
– Tranquilo, no te haré daño. No ahora que sé que los chicos son tus amigos. – Se acercó hasta estar de cuclillas frente a mi, extendiendo su mano después. – Soy Changbin, viejo amigo de los chicos. – A pesar de seguir desconfiando, la sonrisa de Chan me aseguraba que todo estaría bien. Finalmente decidí tomar su mano y agitarla suavemente. –
– Kenma, reciente amigo de los chicos y herido por su propio cuchillo. – Las risas de ambos cortaron toda la tensión en el lugar y finalmente pude respirar con tranquilidad. – Perdona si quise golpearte.
– Está bien, lo tenía merecido. Solo queríamos defender el lugar, y ver que se acercaba gente desconocida nos puso en alerta. Recibí una buena golpiza de ambos a decir verdad. Chan te defendió bien.
Los dos nos miramos al oír eso y nos dedicamos una pequeña sonrisa. Bin me ayudó a levantarme del suelo y apoyó mi brazo en su hombro para dirigirme fuera del cuarto. Estábamos en el almacén por fin.
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Grupo Apocalíptico↣(Stray Kids x Male Reader)
Fanfiction¿Es necesario un golpe total al mundo para que uno reaccione y se dé cuenta de lo mucho que ama su vida? Creo que fué lo que yo necesitaba. 20 años, apenas terminaba mis estudios pero ya con mi propio apartamento. Completamente soltero, sin mascota...