3 "El lugar no es seguro"

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(10:27 AM)

A pesar de que las cortinas estaban completamente cerradas, algo de luz se filtraba por estas y me daba directo a la cara, cosa que me molestó y me vi obligado a despedirme de mi sueño.
Estuve uno segundos esperando a que todo el cansancio de mi rostro se fuera poco a poco, por lo que comencé a ver mis alrededores como de costumbre para intentar adaptar mi vista al día.
Tal era mi sueño que apenas si pude darme cuenta de que en realidad no veía nada más que un muro frente a mi, pero uno bastante cálido, y una de mis manos pasaba por encima de este muro.
Mi sorpresa fue muy grande, suficiente para despejarme de todo el sueño y darme cuenta de que estaba abrazado a la espalda de Chan, y a él no parecía importarle en lo absoluto. Podía sentir perfectamente cómo su mano acariciaba la mía suavemente cada cierto par de segundos.
Sé que esto está mal, pero la calidez que me brindaba era mucha, me sentía en casa. Me permití cerrar los ojos otra vez y acercarme un poco más a él, cuidando no despertarlo.
Parece que hoy era mi día de suerte, pues el chico apenas si se movió de su lugar y solo se aferró más a mi mano. Esta simple acción encendió mis mejillas y me hizo sonreír. Hace mucho deseaba sentir este tipo de afecto.

(10:27 AM) Chan.

Hace mucho no dormía tan bien como lo hice anoche. Ahora no solo debía cuidarme a mi, sino a un pequeño entrometido que apareció sin aviso en mi vida.
En plena noche pude sentir cómo se aferraba a mi espalda, y, pese a la sorpresa, nunca pude apartarlo. Su cercanía se sentía bien. Tampoco pude resistir a tomar su mano y entrelazar sus dedos con los míos, notando ahí la diferencia de tamaños, cosa que me dió algo de risa; estas pequeñas manos quisieron atacarme ayer.

No sé muy bien qué hora era, pero pude sentir a Ken removerse a mi lado. En lugar de voltearme, preferí quedarme quieto y fingir dormir para ver qué hacía respecto a las posiciones de ambos.
Mi sorpresa fue mucha cuando se aferró aún más a mi espalda, provocando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.
Esto solo me hizo sonreír antes de volver a conciliar el sueño sin dificultad, pues, saber que él estaba allí, me hizo sentir seguro por alguna razón que aún desconozco. Solo sé que puedo confiar.

(02:31 PM) Ken.

Casi de golpe me senté en la cama al escuchar gritos fuera del edificio, y fue más aterrador saber que Chan ya no estaba a mi lado y no escuchar sus pisadas fuera de la habitación.
Estuve a punto de asomarme por la ventana cuando lo escuché regresar; solo estaba con su pantalón de pijama. Su torso brillaba ante mi, pero eso fue lo de menos, ya que los gritos volvieron a oírse.

Chan se acercó con sigilo hasta estar a mi lado y me abrazó por los hombros, pidiéndome que hiciera silencio con una seña. No dudé en asentir y abrir poco a poco la cortina. Como no tenía balcón esta parte de la casa, fue más sencillo darle un vistazo a la calle.

No pude dar crédito a lo que estaba viendo.

Una pareja junto a su pequeña hija estaba huyendo de un grupo de tan solo 4 podridos, sin ninguna manera de defenderse, solo corrían.
Pronto agarraron a la mujer y mordieron su hombro, mientras otro le daba un gran mordisco a su pierna. Tanto el hombre como la pequeña salieron huyendo hasta llegar a un auto en el que metió a la niña, arriesgando así su vida por ella.
Aquel hombre no tardó en llegar al mismo final que su mujer, pero saber que la pequeña estaba resguardada me daba cierta tranquilidad.

Claro, como en todas las tragedias, uno nunca sabe que viene algo peor. Los infectados no dudaron en correr hacia el auto y estrellarse contra las ventanas de este, quebrando todas al instante. Dos de ellos ingresaron sin importarles las cortadas y se dieron el último festín con la niña.

Pude sentir como el agarre de mis hombros se había intensificado, y la respiración de Chan era más frenética que antes. Solo se dignó en cerrar la cortina con enfado y se alejó de allí sin decir nada, solo regresó por donde vino, dejándome sólo.

Apenas si me di cuenta cuando ya estaba soltando lágrimas sin parar. Esto de verdad me había tocado la parte más sensible de mi ser, no podía creer que de verdad una pequeña como ella, sin haber vivido al máximo su vida, tuvo que recibir ese final. Lo único que puede reconfortarme es que, tal vez, la familia esté junta en un lugar lejano.

(06:13 PM)

Desde lo sucedido, ninguno le dirigió palabra alguna al otro. El silencio reinaba en el departamento y era muy pesado, apenas si podía respirar. Chan solo estuvo dando vueltas por el lugar, acomodando la comida y algunos platos sin razón alguna, solo para evitar hablarme. Seguro sabía que yo querría hablarle del tema y eso no sería lindo, porque ambos resultamos muy afectados por la familia.

Mientras él solo seguía acomodando su mochila y la mía, yo me dediqué a leer algunos libros que había encontrado debajo del escritorio de Chris. Aunque todos eran de estudio me tenían entretenido.

De golpe las mochilas cayeron frente a mi, provocando que diera un salto en el lugar por el susto.

– ¿Qué te pasa? ¿Por qué haces todo esto?

– Nos vamos a ir mañana temprano, no se discute. ¡El edificio no será seguro para siempre y quiero evitarnos el mismo final de esa familia! – Ni bien terminó aquella oración se rompió en llanto. Solo con ver sus primeras lágrimas caer, las mías salieron por si solas. Pronto ya nos estábamos abrazando en el sofá mientras yo susurraba las palabras más reconfortantes que pude encontrar. A todo esto le sumaba unas cuantas caricias a su cabello, y parecían funcionar, pues su llanto dejó de ser agitado y solo dejó caer sus lágrimas sin emitir ningún sonido. Mi hombro ya estaba húmedo por dichas gotas, pero poco importó en ese momento; solo quiero asegurarme de que realmente se recupere de un día tan horrible como el éste.

– Bien, ¿Ya estás un poco mejor? – Hice la pregunta una vez nos separamos, pero sus manos no tardaron en aferrarse a las mías y mantener la cabeza gacha. De todos modos asintió suavemente como respuesta, dejándome más tranquilo que antes. – Sé que no será seguro para siempre, por eso entiendo que debamos irnos tan pronto sea posible. Estamos juntos en esto, lo sabes, y te voy a seguir a donde quiera que vayas. No voy a dejar ir al único amigo que pude hacer en el apocalipsis. – Por fortuna, mis tonterías le sacaron algunas risas que alegraron mi corazón; realmente contaba con una sonrisa hermosa. –

– Gracias, Ken...habría sido más difícil superar algo así sin ti. Tal vez ya estábamos destinados a conocernos. No en las mejores condiciones, pero lo estábamos.

– Creo lo mismo. Los dos necesitábamos algo de compañía en el fin de la humanidad. – Con unas señas le indiqué para que se recostara sobre mis piernas, y lo hizo sin dudar. Mientras yo dejaba recostada mi espalda en el sofá, él guiaba una de mis manos a su cabello para continuar con las caricias de antes, y no puse resistencia a tal pedido. – Nos iremos mañana, pero antes debemos planear mejor a dónde iremos. No podemos vagar por la ciudad y que nos atrape la noche.

– Tienes razón...¿Sabes? Hay un sitio al que podríamos ir.

Grupo Apocalíptico↣(Stray Kids x Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora