(08:06 AM)
Hace mucho no me levantaba tan temprano, me costó demasiado abandonar la cama cuando Chan vino a despertarme. Solo faltaba yo para prepararme, ya que él estaba listo desde hace rato y me permitió dormir más tiempo.
Por desgracia, creo que se arrepintió de hacerlo, pues tardé más de media hora en despertar por completo para poder vestirme y tomar todas mis cosas de la sala. Pude notar cierta molestia en su rostro cuando me vió llegar después de tanto tiempo.
– Debimos levantarnos a las 6, pero, al menos tendremos bastante luz hoy.
– ¿A dónde es que iremos? No me dijiste nada anoche, solo me dejaste con la intriga.
– ¿En dónde quedaría la emoción si te lo dijera? – Creo que mi expresión no fue muy amigable, pues apenas notó mi rostro, el suyo cambió por completo. – Bien, es fácil ver que nunca estás de buenas tan temprano. Pensaba en ir a la tienda de un amigo. Se fue hace una semana de viaje y me dejó las llaves. Es un almacén enorme, tendremos comida por mucho tiempo, y lo mejor, es que él vive en el piso de arriba. Estaremos cómodos y seguros.
– ¿Y eso que tan lejos está?
– No mucho, pero si vamos a ir a pie, lo más seguro es que lleguemos al menos dos horas antes del atardecer.
– Debemos partir ahora entonces, pero...¿Cómo vamos a evitar a todos los podridos de los pisos restantes?
– De hecho... tuve una idea bastante loca.
(Minutos después)
– Chan, no creó que estés completamente seguro de esto. Deberíamos pensar en algo más.
– ¡Hiciste lo mismo para bajar de tu piso!
– ¡Pero no fueron tantos pisos!
– Escucha, bajaré primero y luego tú harás lo mismo cuando me veas llegar al primer piso. De ese modo podré atraparte si algo malo te sucede mientras bajas.
– Gracias, ahora no dejaré de pensar en mi posible caída mientras comience a bajar.
– Oye, oye. – Con ambas manos sostuvo mi rostro y me obligó a mirarlo. En su rostro también mostraba miedo, seguro yo tenía la misma expresión. – Jamás permitiría que algo te pase. Solo confía en mí, yo estaré abajo para cuidarte.
– Más te vale cuidarme, o yo mismo me encargaré de perseguirte desde la muerte. – Sus risas aligeraron el miedo que sentíamos en ese momento. Fue casi mágico. –
– Estoy seguro de que lo harás, pero no será necesario. Ya bajaré, prepárate para tu turno. – Dejó un beso en mi frente antes de pasar por encima del barandal y aferrarse a la soga improvisada. Usamos muchas de estas, pero me preocupaba que no soportaran nuestro peso. –
Estuve mirando desde arriba casi por 4 minutos hasta que lo vi llegar al primer piso, señal de que debía esperar un poco más hasta que tocara el asfalto para bajar con él.
No tardé mucho en sentir el miedo apoderarse de mí una vez más cuando vi sus señas para bajar. Di un largo suspiro y limpié cualquier rastro de sudor de mis manos antes de pasar por el barandal y aferrarme con todas mis fuerzas a la soga.Bajé por esta con todo el cuidado posible, viendo siempre los pisos a los que llegaba en caso de que un podrido estuviera escondido allí.
Cuando por fin llegué al primer piso, un podrido salió disparado hacia la puerta corrediza y fue decidido hacia mi. Lo primero que hice como reacción fue patearlo y dejarlo inestable hasta que cayera. Eso fue lo que hizo, pero el movimiento repentino me dejó con poca fuerza en mis brazos y estos comenzaron a ceder poco a poco. Estaba rogando que soporten un poco más mientras seguía bajando, pero el podrido se alzó una vez más del suelo y apoyó en el barandal, quedando con la mitad de su cuerpo suspendido en el aire. La gravedad hizo de las suyas muy pronto y lo hizo caer junto conmigo. Una manera muy tonta de caer, pues el susto me hizo querer retroceder y, al no poder, terminé soltando una de mis manos.
Apenas si pude soltar un corto grito cuando ambas manos cedieron y me dejaron caer. Sentí que la caída duró mucho tiempo, pero pronto sentí un peso golpearme con fuerza y caer conmigo, más uno extra al chocar contra la calle. Di un par de vueltas por el impacto hasta terminar boca abajo en dicho lugar, apenas podía moverme.
Volteé como pude mi cuerpo y miré al cielo, lo cual no duró mucho al sentir un fuerte ardor en mi muslo. Al bajar la mirada tuve muchas ganas de desmayarme. Allí tenía incrustado el cuchillo de cocina casi hasta la mitad de su filo, llenando mi pantalón y la calle de sangre.
No emitía ninguna palabra, solo miraba desconcertado cómo terminó todo por mi torpeza.La voz de Chan se hizo presente a mi lado mientras sacudía mis hombros y luego tomaba mi rostro entre sus manos una vez más.
– Yo...no sé dónde puse mi cuchillo antes, pero estoy seguro de que ahí no va. – Chan solo se limitó a soltar risas nerviosas mientras me ayudaba en colocarme sobre mi única pierna sana. – No podemos ir así hasta el almacén de tu amigo, soy una carga ahora mismo y no llegaremos antes del atardecer.
– Mejor cierra la boca si vas a decir tonterías, vamos a llegar, lo prometo.
No pude responder más a eso, pues estaba claro que solo le pediría que me deje y siga su camino.
Estuvimos trotando apenas dos cuadras y la respiración de Chan ya era demasiado agitada. Podía sentir su cansancio y no era cómodo cargar a una persona que apenas puede ir sobre uno de sus pies.
Avanzamos un poco más hasta llegar casi al centro de la ciudad. Nuestros edificios nunca estuvieron tan lejos del centro, por fortuna. Sería fácil encontrar la tienda de la que tanto hablaba. Pero, como siempre hablo de más, recordé que tenía un cuchillo clavado y eso nos retrasaría demasiado.
– Chan, es demasiada sangre, no voy a llegar contigo. – Estuvimos caminando tanto que lo sentí como si hubieran pasado varias horas, pero lo más seguro es que apenas pasaron veinte minutos. –
Ambos nos detuvimos a un lado de una ferretería y me dejó sentado en el suelo para sacar el botiquín de mi mochila. Tomó el alcohol, gasas y arrancó un trozo de tela de una camiseta. No pude ver si era mía o suya.
– Esto dolerá, pero te pido que no grites. – Metió sin aviso a mi boca la tela y arrancó de un solo tirón el cuchillo, haciéndome chillar del dolor. Las lágrimas salían sin control, más cuando echó el alcohol sobre la herida. Mi presión había bajado de golpe y apenas podía ver cómo colocaba las gasas en mi muslo y luego las cubría con la tela que puso en mi boca. – Lo siento, lo siento...– Solo eso podía susurrar mi amigo mientras yo luchaba por mantenerme despierto. –
Ambos nos levantamos del suelo, más bien, él me llevó a mi junto con las mochilas. Esta vez él se llevó mi cuchillo y cuidó mejor que no usara mi pierna mala.
(12:40 PM)
No recuerdo cuanto caminamos, pero si puedo recordar todas las paradas que hicimos para que yo comiera y el descansara y tomara bastante agua para continuar.
Nuestra parada actual era frente a una farmacia. Bastante conveniente ahora que estaba en pésimas condiciones. Pudo servirnos hace rato.
Pude notar cómo Chan miraba con cierta desconfianza el interior del lugar, pero luego alejaba la vista, negando con la cabeza.
Estábamos ya por partir nuevamente cuando escuchamos varios gruñidos a lo lejos. El cuerpo de Chan se tensó por completo y no dudó en avanzar más rápido que antes sin importarle cuan cansado estaba.
Avanzamos sin parar hasta llegar a una tienda de ropa y la usamos de escondite. Pasó menos de un minuto cuando vimos a un grupo de solo 3 podridos correr frente a la tienda y perderse a lo lejos después.
El alivio en nuestros rostros era notable, pero no duró mucho.
– Quiero que ambos se volteen ahora mismo antes de que les entierre una de estas balas en la cabeza.
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Grupo Apocalíptico↣(Stray Kids x Male Reader)
Fanfiction¿Es necesario un golpe total al mundo para que uno reaccione y se dé cuenta de lo mucho que ama su vida? Creo que fué lo que yo necesitaba. 20 años, apenas terminaba mis estudios pero ya con mi propio apartamento. Completamente soltero, sin mascota...