E P Í L O G O✔

77.2K 5K 2.1K
                                    

Un mes después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un mes después

Estoy en mi habitación con mis prometidos, estábamos viendo una serie, mas bien estaba viendo una serie., ya que ellos se se habían quedado dormidos.

Sólo estamos nosotros tres. Mi Nana, le dijo a mi madre que el fin de semana se iría a visitar a su hijo y a su familia, ya que quiere pasar más tiempo con su nieto, y la entiendo. Antes de irse me dijo que cualquier cosa la llamara, que siempre estaría ahí para mí.

Mi madre tampoco está, desde hace una semana a estado en el turno de la noche en el hospital.

No quiero despertar a mis prometidos. Que lindo suena llamarlos así. Ellos trabajan la mayor parte del día y merecen un descanso. Apagué el televisor y bajé a la cocina por un poco de helado de vainilla. He caminado sólo en dos ocasiones de mi habitación a la cocina, obviamente sin que nadie me viera. Siempre aprovecho cuando mi Nana y mi madre están dormidas para estirar las piernas sólo por un par de minutos.

Me acerqué al refrigerador y saqué el bote de la nevera. Cogí una copa de la alacena junto con una cuchara.

- Con tres bolas... - susurré pensativa - No, mejor cinco.

Serví las bolas de helado, y dejé el bote de nuevo en la nevera. Tomé la copa y probé un gran bocado.

- Mmm...

Comencé mi camino de nuevo a la habitación. Apenas di unos pasos cuando sentí un dolor intenso en el vientre. Sentí que mis pantis se comenzaban a húmedecer y mis piernas se mojaban.

¿Acaso me había orinado?

Bajé la mirada y vi un líquido transparente con un poco de sangre que comenzó a caer por mis piernas.

- No, no, no, no, no. Aún no es tiempo, conejitos - susurré asustada, mientras acariciaba mi vientre. Traté de caminar pero el dolor me lo impedía, así que opté por gritar - ¡LEO! ¡NICK!

Me Recargué en la barra de la cocina y esperé unos segundos. No se escuchaba ningún ruido.

- ¡¡LEO!! ¡¡NICK!! - grité con más fuerza debido a una contracción.

En mala hora me fui a quedar sola con ellos.

Se comenzaron a escuchar cosas caerse del segundo piso, seguido de eso se escucharon unos pasos corriendo por las escaleras. Cuando vi a mis hombres entrando a la cocina a toda velocidad suspiré de alivio. Se quedaron estáticos al verme y me observaron de arriba a abajo, quedando su mirada clavaba en mis piernas.

- Ya... - fue lo único que dijo un Leo nervioso, a lo que yo solamente asentí.

- Pero...si apenas cumpliste ocho meses - habló asustado y preocupado.

NUESTRA © (Nosotros #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora