~TERMINADA~
Libro #1 (Saga Nosotros)
SEGUNDA TEMPORADA DISPONIBLE
EN MI PERFIL
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- Estas demasiado mojada, conejita - susurró él junto a mi oído.
- Tú, me pones...
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4 Años después
Al fin, después de tanto esfuerzo estoy graduada de la Universidad. Ha fin de cuentas no me gustó para nada la carrera de Pediatría. Eso de cuidar a mis hijos y después ir a atender más y más niños se me hizo un tormento. Así que mejor decidí estudiar Administración de Empresas y así ayudar a mis esposos en su empresa.
Acabamos de llegar de cenar en un restaurante con mis suegros, mi madre, mi Nana y por supuesto no pueden faltar Ben y Ángel. El motivo de la cena fue celebrar precisamente mi graduación y la de Ben.
Alessia y Lisandro, mis no tan pequeños niños ya tienen 12 años. Con el paso de los años se están volviendo cada vez más atractivos. Y es más que obvio que son por los genes maternos. Tomé a mis conejitos de la mano y subí con ellos directo a sus habitaciones ya que es hora de dormir.
Al bajar de nuevo con mis esposos, veo que están algo inquietos ya que no se han movido de su lugar.
- Amor, ya que los niños se durmieron, queremos darte tu regalo de graduación - dijo Leo mirándome con ojos de lujuría al igual que Nick.
¿Qué se traen?
- ¿Qué es? - pregunté confundida, pero a la vez muy emocionada.
Ellos se miraron entre si.
- Ya lo verás - respondió Leo - Andando.
Antes de que siquiera pudiera dar un paso. Unas suaves manos cubrieron mis ojos.
- ¿Pero...?
- Tranquila - susurró Nick - Se buena, amor.
Asentí lentamente. Comenzamos a caminar hasta que sentí el pie de las escaleras, alguien me tomó de la cintura y me apretó fuerte a su cuerpo.
- Con mucho cuidado - él susurró de Nick solo provocaba que mi entrepierna vibrara y se mojara.
Aentí a lo que dijo y comenzamos a subirlas. Al terminar de subir, dimos unos pasos más para posteriormente detenernos.
- ¿Qué sucede? - pregunté, cuando escuché murmullos entre ellos.
Ninguno respondió.
Iba volver a preguntar. Pero, las manos de mis ojos fueron retiradas, al mejorar mejor mi vista me di cuenta de que estabamos frente a nuestra habitación.
- Abréla - me animó mi esposo Nick.
Tomé el pomo de la puerta, no sé porque razón mis manos comenzaron a temblar mucho.
Supiré, conté hasta tres y abrí.
- Vaya ¿Esto de cuándo...? - mi pregunta quedó en el aire. Ya que al voltear vi que ya no traían puestos sus sacos ni sus playeras dejando ver así sus marcados cuerpos.
