Rompiendo las reglas (parte 2)

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Me excuse con Ava al ver que caminaban directamente a ella y me metí a la cocina, con el pretexto de ver si ya tenía listos los bocadillos. Me quedé ahí varios minutos hasta que escuché que el maestro de ceremonias le pedia a la audiencia que tomara asiento porque empezaba el desfile. Salí a ocupar mi lugar y en el camino me atajó Candela.

—¡Sam!, ¡Qué sorpresa verte acá!, ¿y Lucas?— preguntó abrazandome.

—No pudo venir, esta en un viaje de negocios— respondí al separarnos.

—Ese chico no cambia, no sabía que eras amiga de Ava y Agustín.

—No, no lo soy, yo trabajo en la agencia de publicidad que organizó toda la promoción del evento y la línea de ropa.

—¿En serio?, ¿Sos la responsable de los espectáculos que hay en la calle?, te felicito, están buenísimos.

—Bueno, en realidad mi compañera Lurdes es la que lleva la cuenta, yo solo estoy como apollo.

—Buenas noches— dijo Julián parándose a su lado y pase saliva al verlo.

—Buenas noches— respondí con voz ronca por la impresión.

—No pensé encontrarte acá— agrego extendiendo su mano para saludarme.

—Soy una de las encargadas de la logística del evento— dije estrechandole la mano que me acarició sutilmente con su dedo pulgar.

—Felicidades, el salón está increíble— dijo mirándome de pies a cabeza.

—Gracias, pero pasemos a tomar asiento, el desfile ya está por empezar— agregué nerviosa soltando mi mano de la prisión se la suya.

Me senté en una fila adelante de ellos, en diagonal, el presentador anunció a Ava y ella subió y dio las palabras de bienvenida, agradeció a todos los presentes, incluida su familia y su comprometido Agustín. El desfile empezó y yo sentía las pesadas miradas de Julián, eso me ponía más nerviosa y cuando volteaba a mirarlo me sonreía seductoramente. Hubo un momento en que ya no resistí y me fui de ahí, me metí en la bodega que se había utilizado como vestidor para las modelos y en la cual había un caos de gente entrando y saliendo. Me senté en el sillón, que había en una esquina, tratando de guardar la compostura, puse mis codos sobre mis rodillas y me llevé las manos a la cara cubriéndose los ojos.

—¿Cansada o nerviosa?— escuche que dijo con su hermosa voz.

—Cansada, fue una semana muy pesada— respondí después de aclarar mi garganta, levantando la cara, él estaba parado frente a mí, sonriendome.

—Necesitas relajarte— dijo poniendo su mano en mi hombro y apretando lo suavemente, ¿por qué insistía en torrurarme?.

—Gracias por el consejo, lo voy a tomar en cuenta— dije mirando hacia el suelo, conteniendo mi respiración.

—No es uncconsejo— deslizó su mano por mi brazo—. Es una invitación— agregó y bajo hasta llegar a mi mano, la cuál tomó.

—¿Estas loco?, afuera ahí un mundo de gente, incluida tu familia y tu novia, no voy a ir a esa habitación arriesgandome a que alguien nos vea exclame tratando de soltarme, pero no lo conseguí.

—La gente está muy entretenida con el desfile, incluida mi familia y mi amiga, además nunca dije nada a cerca de subía a la habitación— dijo mientras me hacia ponerme de pie—. Hay otros lugares, usemos la creatividad— agregó apretando mi mano.

—¿Y que paso con tus reglas?— pregunté tratando de soltarme.

—Ya son obsoletas, obvio que si querés, puedo poner unas nuevas.

Empezó a caminar y no me había percatado que al fondo había una pequeña puerta, la abrió y me hizo entrar. Me di cuanta de que era una bodega chica donde guardaban cosas de limpieza. Entro y cerró la puerta, quedamos completamente a oscuras, solo se colaba un poco de luz por abajo de la puerta y sentí miedo, la adrenalina estaba subiendo a mi cabeza, pero temía que alguien pudiera abrir la puerta.

Senti sus manos en mi cintura, atrayendome a su cuerpo y su boca besandome desenfrenadamente, con hambre y le correspondi de la misma forma, había extrañado tanto esos besos, aunque este era muy intenso, mi cuerpo de inmediato se encendió, este chico era mi perdición. Subio lamiendo el lóbulo de mi oreja, mientras una de sus manos apretaba una de mis nalgas por encima del vestido, un jadeo se me escapó, su cuerpo estaba reaccionando de la misma forma que el mío. Mis manos se movían hacia su pantalón para desabrocharselo, las suyas subieron presurosas por mis muslos y las deslizó por debajo del vestido, alcanzó mi ropa interior y empezó a bajarla, lo ayudé a deshacerme de ella con mis piernas.
Me recargue en una especie de estantería y sus dedos se dirigieron a mi parte íntima que comenzó a frotar en tanto yo lograba al fin desabrochar el pantalón, se lo bajé un poco al igual que a su bóxer y acaricie su erección. Segundos después él se separó lo necesario para ponerse el condón, mientras yo sentía mi respiración agitada. Senti que colocaba su miembro en la entrada de mi sexo y yo subí una pierna y la puse en su cadera.
El me ayudó, poniendo su mano en mi muslo mientras lo sentía entrar con fuerza, me mordi el labio para no gritar, él se movía en mi interior y al mismo tiempo me besaba para callar los gemidos que no podíamos reprimir, mis manos estaban aferradas a su espalda por debajo de su camisa que había desabrochado por la mitad.
Rompimos el beso para respirar.

—¿Me extrañaste?— susurre con la voz entrecortada.

—No tenes idea de cuento— dijo en mi oído con su voz distorsionada.

—Mostrame que tanto— agregué apretando su espalda.

Él aceleró más sus embestidas mientras lamia mi cuello, yo seguía aferrada a su espalda y la acariciaba, él me apretaba el muslo y su otra mano estaba en mi cintura, volviendo a besarnos ansiosamente, después nos separamos y lami su cuello.

—Te extrañe tanto Sam— susurro en mi oído mientras seguía moviéndose en mi interior.

—Repetilo— pedí vuelta loca porque había pronunciado mi nombre.

—Te eché muchísimo de menos... Sam.

En su boca fue como música para mis oídos, sentí como una intensa corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo al llegar al éxtasis total y ahogue el gemido en su cuello.

—Yo también te extrañé... Julián— en ese instante sentí como llegaba al orgasmo mientras me besaba con firmeza para evitar gritar.


Después se separó de mis labios y puso su cabeza en mi hombro, sentí su tibio aliento en mi piel y lo sujete con más fuerza, su miembro seguía dentro de mí y él me abrazó fuertemente tratando de tranquilizar su respiración al igual que yo.











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Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora