La vida te da sorpresas (parte 2)

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Agarro a candela de la mano y caminaron hasta sus asientos, dejé que Lucas me abrazara y caminamos atrás de ellos, nos sentamos a su lado, Lucas alado de Julián, yo quedé en una esquina y miré la cancha, no tenía ni el mínimo interés en lo que estaba pasando en ella, pero tenía que tratar de distraer mi mente. No sabía que iba a pasar ahora, era un hecho que el juego entre él y yo había terminado, las dos primeras reglas estaban rotas, la tercera ahora importaba, era la más difícil de romper.

Los minutos pasaban lentamente, cada vez que el partido se detenía por alguna tontería mi corazón se detenía porque esl extendía la agonía de estar ahí, a solo un asiento de distancia. Estaba a punto de pedirle a Lucas que nos fuéramos, pero la parte masoquista de mí no quería irse, lo más probable era que sería la última vez que lo viera y quería guardar esos recuerdos, su sonrisa natural, tan encantadora como la retorcida, sus gritos por la emoción del partido, solo era un chico normal, que disfrutaba de la vida.

Cuando los chicos de River metían un gol, candela lo abrazaba emocionada, se sentía una conexión especial entre ellos y por un momento deseé ser ella, yo conocía al amante, pero ella conocía al chico y era afortunada por eso, no estaba limitada a ninguna regla y disfrutaba de ambas facetas, la sonrisa en su rostro me lo demostraba y yo sabía perfectamente lo que Julián te hacía sentir en la cama. Senti que me iba a romper en llanto y fui al baño otra vez.

Me moje de nuevo la cara, no podía llorar, no debía, era solo una aventura que nunca iba a tener un final feliz, quise jugar con fuego y me queme, ¿Por qué me afectaba tanto que tuviera novia?, yo tenía a Lucas y a Julián parecía no importarle, estábamos bajo las misma condiciones "La vida es un equilibrio y no podemos ir contra eso", ¿Acaso a eso se refería?, ¿él y yo estamos buscando un equilibrio en nuestras vidas amorosas?.
Suspire apoyada en el lavabo, después salí del baño y me acerque a la mesa a servirme otro jugo.


—¿Disfrutando del partido— susurró en mi oído erizandome la piel, pero ¿qué pretendía?.

—No tanto como vos— respondí sin mirarlo tratando de calmar los latidos de mi corazón.

—¿No te emociona tanto por que tu novio no está en la cancha— volteé a verlo sorprendida, olvidandome del simple hecho de que antes jugaban juntos—. Era bueno verlo jugar acá antes.

—¿De donde lo conocés?, supongo que dadas las circunstancias te puedo preguntar lo que quiera— dije dándome la vuelta para enfrentarlo, pero dejé un mano en la mesa y la otra me la puse en la cintura.

—Lo conocí cuando salí de la reserva y empecé a jugar en el equipo titular gallardo nos presento y nos volvimos amigos— dijo sonriendo, quizás por mi comentario anterior—. Por cierto es muy bueno con la pelota... y ya veo que para otras cosas también— agregó poniendo su mano en la mesa y rozando la mía, pero yo la saque nerviosa.

—¿Por qué me llamaste hoy a la tarde?, no me digas que no sabías que iba a estar acá.

—No pensaba hacerlo— puso su pie pegado al mío—. Pero en vista de que no estabas disponible, no tuve otra opción, y jamás pensé que tu compromiso fuera este.

—La vida es un equilibrio— dije irónicamente—. No me la pasó teniendo sexo todo el día— agregué un tanto seria.

—Yo tampoco— dijo muy sonriente—. Aunque... con cierta "desconocida" con la que estuve toda la noche del viernes— se acercó a mí oído—. Si podría— agregó en tono sensual disparando todos mis sentidos.

—Basta de juegos... esto no puede continuar, tus reglas están rotas— asegure haciéndome para atrás.

—En ese caso... disfruta de este otro juego— soltó una risita—. Es decir, del partido— me guiño un ojo y después volvió a su lugar.

Yo me quedé ahí parada, sosteniendome del filo de la mesa tratando de regular mi respiración, ¿Qué se traía entre manos?, como podía ser tan cínico de coquetearme de esa manera cuando su novia estaba ahí y además Lucas, ¿acaso no le importaba que se dieran cuenta?, ¿ahora ese era su juego?, movi la cabeza y me fui a mi lugar.

El partido terminó, ganaron los pibes de River y Candela propuso ir a cenar, para celebrar, pero yo me dije que me dolía la cabeza y que mañana tenía que estar muy temprano en la oficina para armar una nueva campaña.

—Ni modo, tu te lo pierdes— dijo candela sonriendo—. De verdad me dio mucho gusto conocerte— agrego mientras yo pensaba si le daría el mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.

—El trabajo es primero, ya va a haber otra oportunidad para salir— intervino Lucas haciando que yo entrara en pánico, no, yo no podía volver a salir con ellos.

—Viejo, es bueno trabajar, pero no olvidarse de la diversión— dijo Julián mirándome.

—Vos por que ya te la tenes toda asegurada en River y estas cómodo haci, pero uno que tiene que jugar y trabajar para ayudar a su padre tiene que echarle todas las ganas— rebatió Lucas.

—La plata no lo es todo chino, hay que darse tiempo para los placeres que la vida nos da, o, ¿vos que opinas Samanatha?.

—Qué la vida es un equilibrio— dije desviando mi mirada.

—¿Ves chino?, no todo puede ser trabajo.

—Te razón araña, tenes razon, otro día vamos a cenar.

—Puede ser un viernes por ejemplo, así nadie tiene que levantarse temprano al otro día— propuso Candela que sostenía un brazo de Julián.

—Si— dijo Lucas titubeante.

Nos despedimos de ellos, Candela volvió a abrazarme mientras que Lucas y Julián hacían lo mismo, definitivamente algo le debía a la vida y ahora se lo estaba contando. Me despedí de mano con Julián que me regaló otra de sus sonrisas y abracé a Lucas mientras caminábamos al auto. Agradecí que al fin pudiéramos estar solos porque haci podría buscar respuestas que Julián no me daría.

—Son geniales ¿no?— pregunto Lucas al subir al auto, que bueno que me había sacado tema, así no me vería tan obvia en mis preguntas.

—Si, ¿cómo fue que los conociste?

—Fue cuando yo estaba a unos meses de salir de river, Julián estaba saliendo de la reserva y empezaba a jugar en el equipo titular como delantero y nos caímos bien, hace unas semanas nos cruzamos en la calle y el iba con candela.

—¿Es su novia?

—Pues, a mi me la presento como una amiga, creo que se conocen desde hace muchos años, pero quizás son amigos con derechos.

—Quizás— dije mientras miraba la noche.


En el trayecto a mi departamento me quedé dormida, Lucas me despertó cuando llegamos, adormilada le di un beso y bajé del auto. Al entrar a mi habitación, pudo más mi curiosidad que mi cansancio, así que encendí la laptop, mientras tanto me pude el pijama. Una vez conectada a internet me metí a Google, quizás encontraba alguna información de él. Con los dedos un poco temblorosos teclee su nombre y aparecieron varias páginas, entre en una donde estaba una especie de biografía.


Julián Álvarez:

Cordobés. Tercer hijo del matrimonio de Gustavo Álvarez camionero de calchin y su esposa Mariana. Nacido el 31 de enero de 2000. Futbolista argentino, delantero y su equipo actual es River Plate pero también es internacional con la selección Argentina.

Eche un vistazo en otras páginas y casi me caigo de la silla cuando mi mente proceso que su hermano mayo, Agustín está casado con Ava Sangster, la nueva diseñadora a la que le estábamos organizando el evento de lanzamiento de su línea de ropa y que sería el jueves de la mañana siguiente, precisamente en uno de los salones del Hotel Rose Imperial












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Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora