Algo que jamas hubiera pensado.

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Nos vestimos y salí.os del salón agarrados de las manos, le pedí que me mostrara la casa y iniciamos con él un recorrido por la enorme cocina que estaba al lado del salón, después seguía el comedor, la sala, bajamos unas escaleras y llegamos a una piscina que era iluminada por la luz de la luna llena que brillaba en lo alto del cielo.

—¿Qué te parece nadar un poco— sugirió abrazandome.

—Suna bien, pero tendríamos que subir a ponernos nuestros trajes de baño.

—¿Y quien dijo que se necesitaba un traje de baño para nadar?— dijo sonriendome con esa típica osadía en su rostro.

—No, no, no, eso no lo voy a hacer.

—Dale, va a ser divertido.

—Julián, además de tu familia, ahí quien sabe cuántas personas trabajando acá.

—Pero no tienen porque venir acá, además supongo que ya se fueron a dormir.

—Eso es lo que vos y yo tendríamos que estar haciendo.

—Bueno, pero después de nadar, dale morocha solo un rato, te aseguro que nadie se va a enterar, seguro que todos deben estar haciendo lo mismo que vos y yo.

—Julián, ¿No tenes respeto por tu familia?.

—Si que lo tengo, pero eso no me impide ver la realidad Sam, ¿de dónde crees que salieron mis hermanos y yo?,¿Por que crees que Tatiana está embarazada?.

—No pongas esas imágenes en mi cabeza, por favor.

—No te asustes morocha, desde chico me hicieron ver el sexo como algo natural, tal cual es, una función del cuerpo y no tiene nada de malo hacerlo, al contrario, así que vamos a meternos.

—Pero, ¿Como vamos a atravesar la casa todos mojados para llegar a la pieza?.

—No te preocupes por eso, ¿ves este mueble?— se paró en frente de un pequeño mueble que no había visto—. Acá se guardan las toallas— explicó mientras lo abría y sacaba dos—. ¿Ves?, asunto arreglado.

—Qué loco estas— dije sonriendo y moviendo la cabeza.

—Bueno, vos ya sabes bien la razón de mi locura— respondió y se sacó la ropa—. ¿Te ayudo?.

—No gracias, puedo yo sola— dije y me saque la ropa también.

Julián se tiró de clavado mientras que yo caminé a las escaleras para bajar, sintiendo como el viento acariciaba mi cuerpo y erizaba mi piel. Cuando entre, Julián me recibió, el agua estaba un poco fría y me dijo que diéramos un par de vueltas para acostumbrarnos a la temperatura. Acepte, pero le dije que no era muy buena nadadora, y me respondió que él no era una competencia, así que nos sumergimos y nadamos hasta el otro extremo y de regreso. Julián llegó primero y me esperó, me tiró agua cuando llegue y yo le devolví la maniobra, estuvimos jugando un rato hasta que me di por vencida y volvimos a nadar a la otra punta.

En esta ocasión Julián me tendió sus manos y me acerqué a él, puso mis manos al rededor de su cuello y bajé las de él a mi espalda, nos fundimos en un apasionado beso por varios minutos hasta que Julián lo rompió para deslizar sus labios a mis senos por abajo del agua, lo cual provocó una reacción excitante así que deslice mi mano por su torso hasta llegar a su sexo que empecé a acariciar y sentí como correspondía en mi mano.

Volvimos a besarnos y después él me cargó en la esquina de la piscina, con una mano me sostuve del barandal de la escalera y lo rodee con mis piernas por su cintura y él entro en mi al igual que un poco de agua que hizo más placentera la sensación. Puso una de sus manos también en el barandal y empezó a moverse exquisitamente mientras me miraba con esa sonrisa retorcida que tanto adoraba.

Yo trataba de gemir lo menos posible que podía, pero aveces no podía reprimirme por lo intensa que era la sensación de su cuerpo y el agua chocando contra el mío. No dejaba de mirarme, nos lamiamos los labios, exahalabamos en nuestras bocas, sentí que perdí el control de mi cuerpo cuando los dos llegábamos al clímax y Julián me mordió el labio inferior.

—Te amo Sam— dijo mirándome fijamente todavía en mi interior.

—También te amo Juli, con todo mi corazón.

Volvimos a besarnos y después nos abrazamos y él salió de mí. Nos quedamos abrazados hasta que nuestras respiraciones volvieron a la normalidad y después salimos de la piscina temblando de frío. Julián me cubrió de inmediato con la toalla y después él se puso una también, nos secamos, agarramos nuestra ropa y entramos a la casa. Subimos las escaleras y al llegar a arriba nos encontramos con su hermano, que venía caminando por el pasillo y quise que la tierra me tragara.

—Ay que niños— dijo Rafael con una sonrisa.

—¿Y vos a donde vas a esta hora?— pregunto Julián para desviar el tema mientras yo me ponía atrás de él para tratar de cubrirme.

—Tatiana tiene antojo de chocolates así que voy a la cocina por unos... aunque creo que no es la única con antojos en esta casa— dijo divertido.

—Buenas noches hermano— dijo Julián ignorando su comentario.

—Buenas noches niños, no se desvelen mucho que mañana desayunamos temprano y no quiero que se estén durmiendo en la boda.

—Espero que a vos te deje dormir Tatiana o de lo contrario vas a ser vos él que se queda dormido.

—De ninguna manera, yo soy más fuerte, descansen ¿eh?, acuérdense que mi pieza está pegada a la mía y me voy a dar cuenta si están durmiendo o no.

Julián movió la cabeza negativamente y seguimos caminando, yo ni siquiera quise darme vuelta cuando pase al lado de mi cuñado que bajo las escaleras.

—Que vergüenza.

—No te preocupes morocha, ignoralo como yo.

—No voy a poder mirarlo a los ojos mañana.

—Sam no quiero que vuelvas a decir eso, no tenes nada de que avergonzarte, sos mi novia y ya te dije que no estábamos haciendo algo malo.

—No, pero, es tu casa y siento que le faltamos el respeto.

—Tranquila morocha, créeme que rafael y tatiana también tienen su historial y no nada más en casa, una vez los pillé en la biblioteca de Seattle.

—No quiero detalles, por favor.

—Ok, solo te lo digo para que no te alarmes.

—¿Así, que a eso de exponerse a que los descubran viene de familia?.

—Creo que si, al menos solo rafa y yo, ya que nunca pille a Agustín y Ava, y más le valía.

—Puf, tu lado machista tendría que aflojar— dije moviendo la cabeza negativamente.

—No es eso, es obvio que que ya lo hicieron, pero de aceptarlo a verlo— se sacudió como si tuviera escalofríos—. Ava es como mi hermanita.

—Tipico— exclame mirando al techo y el me abrazó y me dio un beso en la mejilla.







































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Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora